El número dos del chavismo, Diosdado Cabello y dirigente del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), confirmó este jueves que ha contraído la covid-19. “Desde ya me encuentro aislado y cumpliendo el tratamiento indicado”, escribió Cabello en Twitter. El miércoles pasado, Cabello, quien es presidente de la Asamblea Nacional Constituyente, suspendió la transmisión de su programa Con el Mazo Dando por presentar lo que consideró “una fuerte alergia”. Ahora se ha confirmado que en realidad tenía coronavirus.
El presidente Nicolás Maduro difundió por televisión un mensaje de apoyo a Cabello: “Estamos contigo, Diosdado. Estoy seguro que con tu fortaleza moral, espiritual y la protección de nuestro santo José Gregorio Hernández transitarás estos días de tratamiento y recuperación”. El mandatario dijo que su número dos “se encuentra descansando, está bien, solamente había tenido lo que creía una fuerte alergia con un poco de dolor de cabeza”. También el gobernador del Estado Zulia, el chavista Omar Prieto, ha sido hospitalizado hace poco con problemas respiratorios y síntomas leves de coronavirus. Lo confirmó él mismo a través de la misma red social. “Es el riesgo que, al igual, asumen nuestros médicos, enfermeros, bomberos. Estamos en batalla y estable”.
La situación es particularmente compleja en el territorio que administra Prieto. En Maracaibo, capital del estado y segunda ciudad del país, ha quedado prohibida la circulación de personas después de las cuatro de la tarde. El creciente número de venezolanos desplazados en Sudamérica que ha decidido retornar, además, profundiza el crecimiento de los casos, y en ocasiones ha hecho enfurecer al propio Maduro, quién ha acusado al Gobierno de Colombia de alentar el regreso de estas personas para perjudicarlo.
Luego de meses con cifras modestas de infectados, las estadísticas oficiales venezolanas comenzaron poco a poco a empinarse durante las últimas semanas. En el inicio de junio, Venezuela registraba 1.600 casos y 17 muertos. Este jueves, la cifra había aumentado a 8.008 positivos, con 75 casos mortales, según los datos difundidos por el Ejecutivo. El número de fallecidos se cuentan de a cuatro o cinco por día.
Tras poner en marcha una flexibilización de las medidas, el Gobierno decretó “la radicalización” de la cuarentena. Las calles de Caracas y el resto de las ciudades del país han amanecido esta semana de nuevo tomadas por la Policía Nacional Bolivariana, con funcionarios apostados cada pocas cuadras en las avenidas y autopistas, solicitando salvoconducto para circular. Los comercios y las actividades cotidianas, que se habían relajado, han sufrido nuevas restricciones. Venezuela
A pesar de la carga de la cuarentena en una economía devastada, el crecimiento de la covid-19 en Venezuela había tenido cifras sorprendentemente modestas. Los especialistas atribuyen la circunstancia al aislamiento que vive el país a partir de su crisis política. Hasta hace poco, el régimen de Maduro había hecho un esfuerzo por presentar como un triunfo político y un ejemplo de gestión las bajas cifras de contagios. La televisión estatal ha procurado mostrar, en contraste, las situaciones desbordadas de Europa y el resto de América Latina frente a la epidemia para apuntalar su mensaje. Sin embargo, el horizonte no es alentador.
“La fase de ascenso de la pandemia ya es una realidad en Venezuela”, afirma Gustavo Villasmil, médico de la Universidad Central de Venezuela (UCV), un centro público, y ex secretario de salud del Estado Miranda. “Maduro llegó a creer que había controlado el problema y las medidas de confinamiento del Gobierno han sido muy erráticas. Además, hay mucha opacidad informativa. El coronavirus encuentra un abono natural en la pobreza y el hacinamiento. La realidad es que respetar la cuarentena totalmente es imposible en Venezuela, porque la gente tiene que salir a ganarse el pan diariamente”.
Hace poco más de un mes, el Gobierno había establecido un sistema de cuarentena intermitente bautizado como 7 más 7. Es decir, a una semana con actividades normales le seguía otra con medidas de confinamiento. “Venezuela ya se encuentra en plena fase de expansión rápida del virus, sin dudas”, afirma Rafael Orihuela, medico y miembro del Instituto de Medicina Tropical de la UCV. “Se han registrado algunas mejoras en la pesquisa activa del diagnóstico, pero el crecimiento de los casos dejó atrás el parámetro aritmético”. Para Villasmil, el llamamiento del Gobierno a permanecer en casa desde marzo fue “técnicamente acertado”, pero coloca al país frente a la posibilidad de pasar hasta finales de año con las calles vacías.
“Podemos observar que no se ha tratado, hasta ahora, de un crecimiento explosivo como el que vivieron España o Italia”, agrega Orihuela. “Hay varias naciones de las zonas ecuatoriales y tropicales del mundo que tienen una circunstancia parecida. El denominado inóculo primario del país fue más bien pequeño y el crecimiento de las cifras no tan violento. Podría suceder que el comportamiento de la curva de contagios se mantenga en una meseta, que no ascienda violentamente y que se convierta en una circunstancia crónica, más endémica que epidémica. Quizás sea necesario esperar a finales de septiembre”, calcula el médico.