Edificios hechos escombros, desparramados en las calles como cajas de cartón, entre ellos hoteles y una iglesia. Gritos de la gente corriendo por las calles en pánico.
Renovadas escenas dantescas para Haití tras un violento terremoto este sábado, que hasta hizo vibrar el este de Cuba y reaviva los horrores vividos por este país del Caribe, el más pobre de América, sumergido en una crisis política y social tras el asesinato del presidente Jovenel Moise, en julio, y el golpe de la pandemia de coronavirus.
El miedo y la resignación de un pueblo agotado por la enésima desgracia, esta vez con al menos 29 muertos (aunque se teme que sean muchos más, por los desaparecidos sepultados por las construcciones) y graves daños.
En la empobrecida Haití, la tierra volvió a temblar, con un sismo muy violento de magnitud 7,2 que sumió al país en una pesadilla ya vivida hace once años, con el devastador terremoto de enero de 2010 del que nunca se recuperó realmente.
El primer ministro Ariel Henry anunció que el gobierno movilizará todos los recursos disponibles para ayudar a la población afectada, mientras que el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, anunció ayuda “inmediata” al país, ahora de rodillas en medio de la crisis política, la pobreza, la violencia y la pandemia.
La ciudad de Les Cayes, una de las más afectadas por el terremoto de este sábado en Haití. Foto: EFE
También Chile, Argentina y Venezuela extendieron su mano solidaria, entre otros países que expresaron condolencias y ofrecieron ayuda.
Pánico y conmoción
El terremoto se sintió a las 8.30 hora local, con epicentro unos 160 kilómetros al oeste de la capital, Puerto Príncipe, al noreste de la ciudad de Saint-Louis-du-Sud, con 10 km de profundidad.
Fue una conmoción prolongada, que se sintió en todo el país.
Los videos difundidos online por testigos mostraron inmediatamente la devastación que trajo consigo el terremoto en el suroeste y los esfuerzos por sacar a los heridos de las ruinas de edificios derrumbados, en lugares como Jérémie y Les Cayes, esta última la zona más afectada.
Los edificios religiosos, las escuelas y las casas sufrieron daños. También una iglesia, donde aparentemente se estaba llevando a cabo una ceremonia en la ciudad de Les Anglais, 200 kilómetros al suroeste de Puerto Príncipe.
Poco después del terremoto, el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS) emitió una alerta de tsunami, que posteriormente levantó.
Habitantes de Les Cayes, en Haití, buscan víctimas entre los escombros tras el terremoto de este sábado. Foto: EFE
Se temía lo peor y en las siguientes horas llegó la confirmación, con el primer informe de la protección civil haitiana, que reportó al menos 29 muertos. Pocas horas después ya eran más de 220. Y podrían ser más: el USGS predice que habrá “un gran número de víctimas”, una vez que se revise bajo los escombros de decenas de casas y edificios que se derrumbaron.
“Estoy movilizando todos los recursos de mi administración para ayudar a las víctimas”, escribió el primer ministro Henry en Twitter, y apeló al “espíritu de solidaridad y compromiso de todos los haitianos para unirse para abordar esta dramática situación”.
“Tras el terremoto que causó enormes daños en el sur, en Grand’Anse y Nippes, ya he movilizado a todo el equipo de gobierno para tomar todas las medidas necesarias con urgencia”, se lee en otro mensaje oficial.
Recuerdos del terror de 2010
El devastador terremoto arrastró a la población haitiana de nuevo al terror después del terremoto de magnitud 7,0 que arrasó gran parte de Puerto Príncipe y pueblos cercanos en enero de 2010.
El violento sismo dejó más de 200.000 muertos y 300.000 heridos, además de una inmensa destrucción de la que el país todavía no terminó de recuperarse.
Una imagen de enero de 2011 en Puerto Príncipe, en un campamento de refugiados trsa el sismo de 2010. Foto: REUTERS
Hace once años, más de 1,5 millones de haitianos se quedaron sin hogar, cientos de viviendas, edificios administrativos y escuelas fueron destruidos, junto con el 60% del sistema de salud de Haití.
La emergencia humanitaria nunca se superó realmente. Y el nuevo terremoto agrega una nueva crisis a un país políticamente en desorden, luego de que el presidente Moise fuera asesinado en su casa por un comando de hombres armados hace poco más de un mes.
Más confusión, además de la violencia de las pandillas y después del Covid-19. Un país hundido en una cadena de desastres.
Fuente: ANSA