El régimen de Daniel Ortega anunció que sostuvo unas reuniones para reanudar el diálogo estancado tras la violencia política que dejó más de 300 muertos el año pasado, pero la propuesta fue recibida el domingo con recelo y con una serie de condiciones previas por parte de la oposición y sectores de la sociedad civil.
El régimen informó el sábado por la noche que había sostenido un “intercambio” con un grupo de empresarios privados, y en presencia de dos prelados de la Iglesia católica, para “empezar una negociación” sobre temas importantes para el país.
“En el abierto intercambio, se ha confirmado la necesidad de un entendimiento para empezar una negociación, a través de un encuentro incluyente, serio y franco“, se informó en un boletín de prensa oficial.
Sin identificar a aquellos que participaron en la reunión por parte del sector empresarial, el régimen dijo que asistieron el cardenal Leopoldo Brenes, arzobispo de Managua, y el nuncio apostólico, Waldemar Stanislaw Sommertag. La Arquidiócesis capitalina confirmó el encuentro.
Brenes reveló que Ortega y su esposa, Rosario Murillo, estuvieron en la reunión, así como el magnate Carlos Pellas y representantes de dos bancos privados.
“No fue un diálogo, fue un encuentro que los empresarios querían tener con el señor presidente”, comentó Brenes a los periodistas antes de oficiar una misa el domingo en el suroeste de la capital. Agregó que las partes “van a seguir platicando” y que la Iglesia católica está dispuesta a participar “cuando nos inviten”.