La última crisis inmobiliaria de China amenaza con extenderse a la economía en general, preocupando en extremo a los inversores. El último indicio del problema lo dio la desarrolladora inmobiliaria Country Garden, uno de los mayores grupos del sector en China, cuya acción perdió 18% en la Bolsa de Hong Kong, generando un shock en los mercados.

Su situación es un efecto directo de una crisis sin precedentes en el sector inmobiliario, un ámbito que, junto con el de la construcción, representó durante mucho tiempo un cuarto del PIB de China. Country Garden es un grupo privado, presente principalmente en ciudades secundarias y que emplea a decenas de miles de trabajadores.

Figura en la lista de Forbes de las 500 mayores empresas en el mundo y su presidenta, Yang Huiyan, era hasta hace poco la mujer más rica de Asia.

El índice Hang Seng de la bolsa de Hong Kong perdió 1,58% por el derrape de Country Garden, el índice compuesto de Shanghái cedió 0,3% y en Tokio el Nikkei 225 cayó 1,27%.

Las deudas

Según The Wall Street Journal, el principal desarrollador privado de China ha agravado sus problemas desde que no pagó los intereses de dos bonos de EE.UU. hace una semana, anunciando que suspendía la negociación de once de sus bonos nacionales denominados en yuanes.

Una obra de construcción de edificios residenciales desarrollados por Country Garden en Beijing, China. Foto EFE

Una obra de construcción de edificios residenciales desarrollados por Country Garden en Beijing, China. Foto EFE

Country Garden, que presumía de solidez financiera, dispone de un plazo de gracia de 30 días y podría caer en suspensión de pagos en septiembre. El grupo estima su deuda en US$ 159.000 millones a finales de 2022. Para la agencia Bloomberg, se trata más bien de US$ 193.000 millones. La jefa de Country Garden admitió el viernes que su empresa encaraba, debido a la coyuntura, “las peores dificultades” desde su creación.

Igual que Evergrande, su rival y también con una deuda multimillonaria, si Country Garden se hunde, las repercusiones en el sistema financiero y económico de China serían catastróficas.

El colapso de Evergrande puede ser el espejo en el que miren los accionistas de Country Garden. Hasta fines de 2021, Evergrande era una de las inmobiliarias más valiosas del mundo. La creciente demanda china de viviendas significó que tuviera fácil acceso a préstamos bancarios, que también usaba en otros sectores de la economía.

Pero el gobierno de Beijing temió posibles incumplimientos de la empresa cuando su deuda subió a US$ 300.000 millones y entonces le limitó los créditos.

Para su funcionamiento, la firma dependía de ese dinero y de la preventa de apartamentos en construcción.

Protestas

Pero la demanda se achicó, la empresa no pudo pagar a sus proveedores y terminar las casas, con lo que tampoco recaudó nuevo efectivo, en un círculo vicioso. En China hubo además múltiples protestas de chinos que compraron una vivienda que ya no se podía terminar y perdieron el dinero ante el colapso de la compañía.

Edificios del desarrollador chino Country Garden Holdings en Zhengzhou, en la provincia central china de Henan. Foto AFP

Edificios del desarrollador chino Country Garden Holdings en Zhengzhou, en la provincia central china de Henan. Foto AFP

En lugar de dejar que la empresa se derrumbara bajo su deuda, Beijing optó por lo que los analistas llamaron una “demolición controlada”: esencialmente gestionar la corporación a través de un colapso gradual.

Con los agudos problemas de Country Garden, el sector inmobiliario de China ha pasado de ser un importante pilar del crecimiento general del país a un lastre para su economía. Y esto que dispara las alarmas en el gobierno de Xi Jinping. Los datos publicados la semana pasada mostraron que China está cayendo en deflación.

Por lo que los hogares, que han acumulado altos niveles de ahorro, también se están endeudando menos, con lo que la rueda de la economía gira más lentamente.

Un default del gigante privado de 31 años podría tener un impacto mayor en la economía de China que los efectos a cámara lenta de Evergrande, cuya crisis saltó cuando el país estaba mejor, con un auge de las exportaciones y buen flujo de inversiones globales. Las cosas ahora son distintas y asoma una nueva tormenta en el cielo del Imperio del Centro.

Fuente: AFP, EFE y AP