OKIO.- Ampliación del estado de emergencia, mayor cantidad de tests, envío de mascarillas gratuitas a todos los hogares del país y reuniones de científicos para redefinir la estrategia de combate. En las últimas horas, Japón sintió el avance sin control del coronavirus y se vio obligado a cambiar su política respecto del tratamiento de la pandemia.
El Ministerio de Sanidad de Japón registró ayer otro fuerte aumento en los contagios, con 568 casos nuevos de coronavirus. El total del país asciende a 11.073 casos y ya se registraron 174 muertes.Coronavirus hoy en la Argentina y el mundo: minuto a minuto y las novedades
El primer ministro, Shinzo Abe, amplió el estado de emergencia en Tokio y otras seis zonas urbanas a todo Japón, en medio de la preocupación, porque los hospitales ya están sobrepasados por la oleada de pacientes.
La cifra de enfermos tardó dos meses en llegar al millar desde mediados de enero. Pero cuando consideraban que la situación estaba controlada, l a propagación del nuevo coronavirus se aceleró en las últimas semanas. Tanto que pasó de 5000 a 10.000 casos en apenas 10 días.
Este es uno de los motivos por los que el gobierno japonés ha sido acusado de actuar de forma lenta e inadecuada para responder al brote.
Se cree que el número real de infectados es mayor, porque aún se está empezando a ampliar el programa de tests. Para mejorar la capacidad de realización de pruebas, se habilitaron centros adicionales para análisis en Tokio y otras ciudades. El programa permite a los médicos de atención primaria enviar a los casos sospechosos directamente a los centros de análisis.
Los expertos señalaron que centrarse en los focos de infección asociados a lugares concretos ya no es eficaz para seguir el ritmo a los crecientes contagios y que hacen falta pruebas generalizadas.
Un informe de los especialistas de salud presentado el viernes último indicó que Japón podría llegar a sufrir 400.000 muertes por coronavirus si no se tomaran medidas más firmes. Sugieren comenzar con las restricciones en todos los niveles y reducir de forma drástica el contacto entre personas.
Reclamos por máscaras sucias
El Ministerio de Salud reconoció también que había recibido reportes de 80 localidades sobre que algunas de las mascarillas que estaba enviando a los hogares habían llegado sucias. Los barbijos afectados estaban dentro del medio millón que el gobierno empezó a enviar la semana pasada como prioridad a las mujeres embarazadas.
Abe anunció el 1° de abril su plan para enviar dos mascarillas de tela a cada uno de los 50 millones de hogares en Japón, dada la escasez de tapabocas quirúrgicos.
Además, algunas mascarillas parecían ser demasiado pequeñas, según imágenes difundidas por programas de televisión. El Ministerio de Salud instó a los fabricantes a corregir el problema de limpieza y a los responsables municipales a revisar las mascarillas antes de enviarlas.
Entre todos estos inconvenientes, la gestión de Abe comienza a ser cuestionada.
En una encuesta realizada por Kyodo News, el 80% de la gente dijo que la declaración de estado de emergencia en las principales ciudades llegó demasiado tarde. Además, la mayoría calificó la actitud del primer ministro ante la crisis de “tímida y lenta”.
Agencias AP y ANSA