Unas 500 personas se reunieron este fin de semana en un hotel de Seúl, la capital de Corea del Sur, para participar en una curiosa prueba.
Superar el test podría otorgarles un título oficial de catadores expertos de… pollo frito.
Estos 500 afortunados habían sido seleccionados aleatoriamente de entre 570.000 inscritos para formar parte de este último reto que les permitirá ser certificados como “pommelier“:una combinación de “pollo” y “sommelier” (sumiller).
El reto
El reto, que es organizado por los desarrolladores de aplicaciones Woowa Brothers Corp, consiste en contestar 30 preguntas escritas, completar cinco tareas audiovisuales y pasar unas evaluaciones prácticas.
Entre ellas, se pide a los candidatos que adivinen el número de alitas de pollo que se están friendo con solo escuchar el sonido del aceite hirviendo.
En otra prueba, los futuros “pommeliers” tienen que emparejar, con los ojos cerrados, las piezas de pollo frito con sus respectivos nombres y marcas comerciales.
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El éxito en las pruebas no está al alcance de todos. El año pasado, de las 500 personas que participaron, solo 119 consiguieron recibieron el certificado de aptitud.
Grandes negocios
“El pollo frito y apanado es un tema importante en Corea del Sur. La carne es cara y, con el aumento de las aplicaciones para hacer envíos a domicilios, el pollo frito funciona casi como una elección natural”, dijo Kevin Kim, del servicio coreano de la BBC.
De acuerdo a reportes locales, hasta 2017 se habían abierto unos 36.000 localesde venta de este producto en el país, casi la misma cantidad de restaurantes McDonald’s que hay en el mundo.
Así que la competencia es una cosa seria.
De acuerdo a Jin Ryu, vocero deWoowa Brothers, la aplicación más usada para el servicio de comidas a domicilio en el país (Baedal Minjok) recibe por lo menos 20 millones de órdenes cada mes. De ellas, el 30% son pedidos de pollo frito.
Así que la idea detrás del certificado de “pommelier” es lograr un distintivo para que los mejores negocios de pollo destaquen sobre los otros.
¿Por qué?
Pero, ¿cuál es la verdadera razón para que medio millón de personas quieran ser expertos conocedores en pollo frito?
“No sabemos por qué tanta gente se inscribió y quiso hacer parte de este examen”, admitió Jin Ryu.
Pero Ryu tiene una hipótesis, que se centra en el concepto del “sohwakhaeng“, lo que podría traducirse en español como “pequeña felicidad“.
“Estos días, la gente más joven se siente un poco frustrada porque no tiene manera de comprar una casa decente”, sugirió.
“La generación de nuestros padres ahorró sus salarios por décadas, pero al menos pudo comprarse una casa. En cambio, esta generación está enfocada en cosas pequeñas pero que se pueden conseguir”.
Esta postura, aclaró el vocero, podría explicar en parte la aparente irracionalidad de la masiva competencia por un certificado para ser experto en pollo frito.
Por el momento, falta esperar la nueva camada de “pommeliers“, cuyos nombres serán anunciados el próximo mes.