Corea del Norte está experimentando una grave crisis alimentaria, y los analistas advierten que la situación actual podría deteriorarse aún más y desembocar en una catástrofe humanitaria, como la que se vio en la hambruna de cuatro años, a mediados de los años 90. El régimen se refiere a ella como la “Ardua Marcha”, y provocó la muerte de millones de personas.

Los precios de alimentos básicos están aumentando en Corea del Norte porque se vuelven cada vez más escasos en los mercados del país, de acuerdo con un estudio estadístico de expertos de The Stimson Center, de Washington. Y aunque en Corea del Norte ya hubo escasez de alimentos en el pasado, podría decirse que esta vez es más grave a causa de la respuesta del gobierno de Kim Jong-un al brote de coronavirus en la vecina China, a principios de 2020. Este incluyó el cierre de sus fronteras y la suspensión de casi todas sus importaciones, incluyendo alimentos y medicinas muy necesarios.

Algo que vuelve esta situación aún más crítica es que los países que proporcionaron millones en ayuda a Corea del Norte en los últimos años, han recortado esa asistencia en respuesta al incremento de la beligerancia de Pyongyang. En 2022, Corea del Norte intensificó su retórica contra quienes percibe como sus enemigos, continuó con el desarrollo de ojivas nucleares y disparó aproximadamente 80 misiles, incluidas varios proyectiles de largo alcance que viajaron sobre territorio japonés.

Informes de medios sobre hambre y muerte por desnutrición

Aunque resulta imposible obtener un panorama claro de la situación en Corea del Norte debido al estricto control por parte del gobierno sobre los medios y las personas, igual llegan reportes de medios disidentes que se refieren a familias que mueren de hambre.

Un informe publicado el 9 de enero por el diario Daily NK, con base en Seúl, denunció que una madre y su hijo adolescente fueron hallados muertos en su vivienda en la ciudad de Hyesan, a mediados de diciembre. En la vivienda no había comida ni combustible para calefaccionar, en medio de días con temperaturas bajo cero. El Daily NK utiliza teléfonos móviles para comunicarse con una red de contactos en Corea del Norte.

En otro reporte, el sitio web 38 North, del Stimson Center, dedicado al análisis sobre Corea del Norte, informa que, respecto de los alimentos y productos básicos, “los datos de cantidades y precios apuntan a una situación de deterioro, empeorada por la decisión del régimen de autoaislarse en respuesta a la pandemia del COVID-19”.

Marcus Noland, vicepresidente ejecutivo del Instituto Peterson de Economía Internacional y colaborador del informe citado, señaló que las estimaciones de agencias como el Programa Mundial de Alimentos sugirieron que el país tenía un déficit de 1,5 millones de toneladas métricas de alimentos durante el punto más álgido de la Ardua Marcha, mientras que su cosecha más reciente solo dejó unas 500.000 toneladas.

“Está claro que las cosas están mal, pero no estamos hablando de otra ‘gran hambruna’ en este momento”, dijo Noland a DW. Pero, por otro lado, admitió, hay pocos indicios de que la situación alimentaria en el Norte vaya a mejorar pronto.

“El gobierno de Corea del Norte es completamente irresponsable y prioriza otras cosas sobre los ciudadanos que no pertenecen a la élite”, dijo Noland. “Se trata de las armas nucleares, los sistemas de misiles y el ejército en general, de modo que las reformas que se necesitan para alimentar a la gente no se llevan a cabo porque la prioridad es preservar la estabilidad”, subrayó. “Y su posición es que, si la gente tiene hambre y muere, entonces eso es solo un hecho desafortunado”.

Los donantes ven con ojos críticos los gastos militares

Park Jung-won, profesor de Derecho Internacional en la Universidad Dankook, de Corea del Sur, dice que hay una clara evidencia de “fatiga de los donantes” en países que previamente han brindado asistencia humanitaria a Corea del Norte.

“Este es un país pobre que elige gastar dinero en más misiles y armas nucleares que ponen en peligro la seguridad internacional, y los donantes gradualmente deciden que no pueden justificar su apoyo”, dijo.

Según la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de las Naciones Unidas, los gobiernos de todo el mundo proporcionaron a las agencias de ayuda 2,3 millones de dólares (unos 2,1 millones de euros) en 2022, una reducción drástica con respecto a los 14 millones de dólares del año anterior. Suiza fue el mayor donante individual, aportando 1,6 millones de dólares a través del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) y la Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación.

Aunque la situación parece ser estable actualmente, eso es algo que sucede típicamente hasta que se acaban las cosechas del año anterior. En cuanto a si podría haber otra “Ardua Marcha” en Corea del Norte, Park Jung-won dijo que “es definitivamente posible”.

(cp/dz)

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