Tanto Sharif como su hija han negado las acusaciones y se espera que recurran. Ambos se encuentran en Londres donde Kulsoon, esposa de Nawaz y madre de Maryam, estaba siendo tratada de un cáncer cuando el mes pasado sufrió un infarto que la dejó en coma. “Este es un castigo muy pequeño por oponerse con firmeza a los poderes fácticos. La moral para luchar contra la opresión solo ha aumentado hoy”, ha tuiteado Maryam Sharif poco después de que publicara la sentencia.
Desde el inicio del proceso, Sharif ha denunciado que estaba políticamente motivado. Su versión es los militares con ayuda de algunos jueces han abierto una serie de casos cuyo objetivo es debilitar a la Liga Musulmana de Pakistán (PML, en sus siglas inglesas) ante las elecciones del próximo día 25, y favorecer así al Partido de la Justicia (PTI) del exjugador de críquet Imran Khan. Los militares, que han gobernado Pakistán durante casi la mitad de su historia, rechazan esas acusaciones.
El político, un superviviente que llegó al Gobierno con las simpatías del Ejército en 1990 y fue víctima de un golpe militar nueve años después, fue reelegido para un tercer mandato en 2013. Sin embargo, hace justo ahora un año, el Tribunal Supremo le inhabilitó como primer ministro y le prohibió ejercer la política por no haber informado de un ingreso mensual de 10.000 dírhams emiratíes (2.400 euros al cambio actual) de una compañía registrada en Dubái por uno de sus hijos. Sharif negó haber recibido ese salario, pero tuvo que ceder su cargo.
Mantuvo no obstante el control de la PML (siglas que en Pakistán suelen ir acompañadas de la inicial N de Nawaz para diferenciar ese grupo de la Liga original y de otros que usan el mismo nombre). Quedaba como presidente del partido, su hermano menor y primer ministro de Punjab, Shahbaz Sharif. “Es una decisión injusta, un episodio negro en la historia de este país”, ha dicho Shahbaz ante la prensa tras conocer la sentencia.
Las pesquisas judiciales se han centrado sobre cuatro pisos de lujo en el centro de Londres. La Oficina Nacional de Responsabilidad (ONR) estimó que Sharif no había podido explicar el origen del dinero con el que se adquirieron, la mayoría a mediados de los años noventa del siglo pasado. De ahí su denuncia ante la justicia que ha concluido que tenía propiedades por encima de sus ingresos.
Las residencias, en el exclusivo barrio londinense de Mayfair, van a ser confiscadas por el Gobierno pakistaní, según ha explicado el fiscal Muzaffar Abbasi. El tribunal también ha impuesto una multa de ocho millones de libras (unos nueve millones de euros) al político y dos millones a su hija. Ambos están condenados a un año más por no cooperar con la ONR, pero su cumplimiento es simultáneo a la pena principal, según explica el diario Dawn. Quien sí tendrá que cumplir ese año será Muhammad Safdar, marido de Maryam y diputado del PML. Safdar, que sí está en Pakistán, tampoco ha acudido a la vista.
La ONR va a esperar un tiempo para que los tres convictos se entreguen. Si no lo hicieran, iniciara el procedimiento para extraditar a Nawaz y Maryam, y detener a Safdar.