Durante casi tres meses, la fiscalía estadounidense presentó abrumadoras evidencias contra El Chapo Guzmán en una corte de Nueva York, incluido el testimonio de 56 personas.
Este miércoles fue el turno de la defensa, que se tomó apenas media hora para defender al mítico capo mexicano.
El único testigo llamado por los abogados del exjefe del cártel de Sinaloa Joaquín El Chapo Guzmán fue el agente especial del FBI Paul Roberts, que entrevistó en febrero de 2017 a Jorge Cifuentes, un proveedor de cocaína del acusado encarcelado en Estados Unidos que declaró contra el capo en su juicio.
Roberts tomó notas a mano de su entrevista con Cifuentes que indican que éste le dijo que un oficial de inteligencia de la Marina estadounidense corrupto le mostró en 2010 una llave USB con evidencias de una investigación estadounidense contra El Chapo y la familia de narcos colombiana Cifuentes.
En un intento de socavar la credibilidad de Jorge Cifuentes, el abogado del Chapo Jeffrey Lichtman sugirió que el narco colombiano usó lo que vio en esa llave USB para contar al gobierno estadounidense lo que éste quería saber sobre El Chapo.
Pero en su contrainterrogatorio de Roberts, la fiscalía argumentó que el supuesto oficial de la Marina era colombiano -como había indicado Jorge Cifuentes en una entrevista anterior con otros agentes- y que Roberts cometió un error al anotar su nacionalidad, o fue un error del traductor, o del propio Cifuentes.
El agente del FBI, llamado a atestiguar a favor del Chapo, parecía nervioso, y su voz temblaba un poco. Lichtman fue agresivo, como si estuviera contrainterrogando a un testigo de la fiscalía.
“Le recuerdo que este es su testigo”, dijo el juez Brian Cogan a Lichtman. “No discuta con él”.
Siguiendo el consejo de sus abogados, El Chapo, de 61 años, declinó ser testigo en su propio juicio.
Los argumentos de cierre del gobierno comenzarán este miércoles, y seguirán los de la defensa.
La fiscalía pide al juez impedir que los abogados del Chapo afirmen que su cliente fue víctima de una traición de su exsocio y colíder del cártel de Sinaloa Ismael “Mayo” Zambada, en colusión con funcionarios mexicanos corruptos, y de una conspiración entre Estados Unidos y México para encubrir la corrupción en el país latinoamericano.
La fiscalía asegura que eso es falso y además “totalmente irrelevante para la culpabilidad del acusado”.
El jurado podría comenzar a deliberar desde este viernes.
El gobierno asegura que El Chapo era el jefe de un imperio criminal que traficó toneladas de cocaína, heroína, metanfetaminas y marihuana a Estados Unidos a lo largo de 25 años, embolsándose en el camino 14 mil millones de dólares.
Si es hallado culpable puede ser condenado a cadena perpetua.