Por ello, unos 250 sacerdotes procedentes de unos 50 países del mundo viajaron este mes a Roma para aprender a identificar una “posesión demoníaca” y conocer los rituales para expulsar a esos demonios, entre otras cuestiones.
Participaron en el curso de “Exorcismo y Oración de Liberación”, un seminario que comenzó a impartir el Vaticano en 2005 y que, desde entonces, ha duplicado la cifra anual de asistentes, aparentemente por el crecimiento de la demanda mundial de este tipo de práctica.
Clérigos católicos de numerosos países han relatado a la prensa cómo han notado un aumento en el número de fieles que presentan signos de “posesión demoníaca”.
El año pasado, el papa Francisco dijo a los sacerdotes que “no deberían dudar” en remitir los casos a los exorcistas cuando noten “perturbaciones espirituales genuinas”.
En Italia, por ejemplo, se estima que medio millón de personas buscan sesiones de exorcismo cada año.
Algunas diócesis, como las de Sicilia y la de Chicago, han llegado incluso a desarrollar sus propios cursos para responder a la demanda creciente.
El sacerdote estadounidense Gary Thomas, que practica exorcismos desde hace 12 años, afirma que a medida que la sociedad pasó a confiar más en las ciencias sociales se redujo el número de iglesias que tenían exorcistas.
Al mismo tiempo, la popularización del tarot y de la brujería incrementó la necesidad de sacerdotes capaces de realizar esta práctica, según dijo el clérigo italiano Benigno Padilla al portal Vatican News .
Exorcismo por celular
En 1999, la Iglesia católica realizó la primera actualización mayor de las reglas sobre el exorcismo desde 1614.
Como consecuencia, el padre Thomas trabaja con un grupo de médicos, psicólogos y psiquiatras -todos católicos practicantes- para investigar la causa del sufrimiento de una persona antes de diagnosticar un caso de “posesión demoníaca”.
El curso del Vaticano incluye elementos de teología, psicología y antropología.
El temario abarca asuntos como la brujería en África, cómo diferenciar entre “posesión demoníaca” y enfermedad mental, así como una guía paso a paso para expulsar demonios.
También se abordan las nuevas tecnologías.
El cardenal albanés Ernest Simoni, uno de los instructores del seminario, explicó cómo cuando no puede acudir en persona a realizar un exorcismo, la llaman por celular para que lea las oraciones correspondientes en latín para ayudar a expulsar los demonios.
“Me llaman y hablamos. Así es cómo lo hago”, explicó el religioso de 89 años de edad a la agencia Reuters.
“Este curso es útil porque prepara a los sacerdotes que ejecutan los exorcismos para que tengan una visión completa, multidisciplinaria de la situación”, señaló el profesor Giuseppe Ferrari, uno de los organizares del curso impartido por el Pontificio Ateneo Regina Apostolorum, una universidad avalada por el Vaticano.
Aparte de los sacerdotes, al seminario anual también pueden acudir laicos de ambos sexos, quienes reciben un certificado y pueden convertirse en “exorcistas auxiliares”.
Esto les permite estar presentes en el rito, rezar y dar apoyo moral a quien ejecuta esta práctica.
Sin embargo, según explicó Ferrari, eso no les autoriza a expulsar a los demonios. Esa tarea está reservada para los clérigos.