Tu madre tiene razón cuando te dice que te comas las arvejas.
En uno de los estudios más extensos de datos sobre los hábitos alimentarios y la longevidad en el mundo, unos investigadores descubrieron que consumir verduras, frutas, pescado y granos enteros estaba sumamente relacionado con la longevidad, y que la gente que escatimaba en esos alimentos saludables tenía más probabilidades de fallecer de manera prematura.
El estudio, publicado el 3 de abril en la revista británica The Lancet, concluyó que una quinta parte de los fallecimientos en todo el mundo se relacionaba con una alimentación deficiente (es decir, dietas que no incluyen suficientes verduras frescas, semillas y nueces, pero que son abundantes en azúcar, sal y grasas trans).
Los investigadores afirmaron que, en 2017, eso representó once millones de fallecimientos que pudieron evitarse. De acuerdo con los descubrimientos de los investigadores, la mayoría de ellos, aproximadamente diez millones, se debieron a enfermedades cardiovasculares. Las otras causas de muerte más habituales relacionadas con la dieta fueron el cáncer, con 913.000 fallecimientos, y la diabetes tipo 2, que cobró 339.000 vidas.
“Estas cifras son verdaderamente alarmantes”, comentó Francesco Branca, el principal nutricionista de la Organización Mundial de la Salud, que no estuvo involucrado en el estudio. “Esto debería ser una llamada de atención para todo el mundo”.