El mayor del Ejército Nacional, Raúl Alejandro Girón, uno de los imputados en la Operación Coral, aceptó la noche de este jueves los cargos que le imputa el Ministerio Público en el caso y aseguró que el hecho de que esté detenido el día de hoy no significa que el esquema de corrupción se detuvo, asegurando que sigue vigente en el presente.
Girón al hablar ante la jueza de la Oficina de Atención Permanente del Distrito Nacional, Kenia Romero dijo: “Yo no me voy a parar aquí a defender mentiras, yo decidí en un punto de mi vida ponerle un stop a eso, yo decidí incorporarme a una sociedad en el momento y la justicia que así lo disponga, y que esa sociedad vuelva a acogerme de nuevo, que en mi persona hubo un cambio”.
Asimismo agregó: “Estoy totalmente de acuerdo con todos los planteamientos del Ministerio Público sobre mi participación en este caso es la verdad, y como dije, ya yo no voy a mentir más”.
Girón, que era el encargado de nómina y asistente de Rafael Núñez de Aza, financiero del Cuerpo Especializado de Seguridad Presidencial (Cusep) y Cuerpo Especializado de Seguridad Turística (Cestur), y según el Ministerio Público, la cabeza operativa del entramado de corrupción al que ha llamado Operación Coral.
Al hablar en su calidad de testigo de Ministerio Público, explicó cuáles eran sus funciones, entre ellas, hacer una serie de depósitos, transferencias y pagos, entre ellos, a Adán Benoni Cáceres, Carlos Torres Robiou y Rafael Núñez de Aza.
Dijo que Núñez de Aza le pidió que borrara todos sus Whatsapp y en los allanamientos, “el Ministerio Público tiene todas las órdenes que me daba el señor Rafael Núñez de Aza”. “Uy, yo no borré los WhatsApp”, manifestó.
Dijo que tenían órdenes de blanquear todas operaciones de nómina en las instituciones donde estaban.
Narró que De Aza le mandó a borrar todas las nóminas, pero que él las transfirió a sus servidores, y ahora están en poder del Ministerio Público.