Es un luchador por la libertad de los presos políticos y ahora el mismo es un prisionero. El activista Konstantin Kotov ha sido condenado a cuatro años de cárcel por violar en repetidas ocasiones la ley de manifestaciones rusa. Fue arrestado en agosto cuando salió a la calle para apoyar a los candidatos independientes cuya participación en los comicios locales fue vetada.
“Se nos denegó el uso de la prueba clave de la inocencia de Kotov, que es obvia y totalmente probada, esto es, los vídeos de los acontecimientos en los que participa, por lo que se le condena”, denuncia Maria Eismont, abogada de Kotov.
Tras el veredicto, los seguidores de Kotov han rechazado regresar a casa, permaneciendo a las puertas del tribunal para exigir su libertad. Konstantin es el quinto participante en las protestas de este verano que ha sido sentenciado esta semana. Los restantes fueron acusados de agredir a la policía. Para Oleg Orlov, director de la junta del Centro de Derechos Humanos, “Todas las personas que fueron privadas de su libertad por participar en las protestas de verano son presos políticos porque las autoridades los persiguen por razones políticas violando flagrantemente la ley.”