España ha vuelto a registrar un importante descenso en el número diario de fallecidos. El Gobierno ha informado de que 399 personas han muerto por COVID-19, frente a las 410 de ayer. Es la cifra más baja desde el 22 de marzo, cuando se contabilizaron 349.
En total han perdido la vida 20.852 personas desde el comienzo del brote del nuevo virus en España.
Este nuevo descenso en las muertes confirma la tendencia, aunque se espera que los números repunten los próximos días por el reajuste de cifras del fin de semana.
España superó este lunes los 200.000 casos por coronavirus. Se registraron 4.266 nuevos casos, que suman 200.210, con un incremento diario de los contagios del 2,2 por ciento.
Además, 80.587 personas fueron dadas de alta, lo que supone ya un 40,25 por ciento de todos los casos registrados. En las últimas 24 horas se han registrado 2.695 personas dadas de alta, en comparación con las 1.699 del domingo.
En los últimos días, el número de curados supera el de hospitalizados, lo que ha dado un importante respiro a las unidades de cuidado intensivo de los hospitales españoles.
El país se prepara para la desescalada después de más de un mes de estricto confinamiento. Los niños de hasta 12 años tendrán permiso para salir a la calle a partir del 27 de abril tras 44 días de aislamiento en casa con sus familias.
Sin embargo, esta próxima desescalada en el confinamiento no se vislumbra en la situación política.
El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, y el líder del PP, Pablo Casado, mantendrán este lunes un encuentro telemático dentro de la ronda de contactos que inició la pasada semana el jefe de Ejecutivo para tratar de conseguir un gran “pacto de reconstrucción” económica y social, tras los daños que está causando la pandemia. El problema es que el desencuentro entre ambos líderes es público y patente.
Casado, si bien ha accedido al encuentro después de días discutiendo la fecha, ha avisado de que la oferta del presidente del Gobierno no es “sincera”.
Con el encuentro de hoy con Casado Sánchez pone fin a sus entrevistas con los líderes de todas las fuerzas parlamentarias, excepto las dos que se han negado a hablar con el presidente del Ejecutivo, el ultraderechista Vox y el grupo radical independentista catalán CUP.
Cuando terminen los encuentros con los grupo políticos, Sánchez tiene previsto estudiar este futuro pacto con los gobierno es regionales, los ayuntamientos y las organizaciones sindicales y empresariales.