“El FBI continúa trabajando con la policía de Nueva York en la investigación del tiroteo en el metro de Brooklyn y están siguiendo todas las pistas”, según aseguró en una rueda de prensa el martes a mediodía Michael J. Driscoll, subdirector a cargo de la oficina local del FBI en Nueva York.
Las declaraciones del oficial de inteligencia al mando de la investigación llegan más de seis horas después de que un hombre sembrara el caos en el metro de Brooklyn, en plena hora punta. Sobre las ocho y media de la mañana, un afroamericano cercano al 1,80 m. de altura, vestido con ropa de trabajo como la que utilizan los obreros de la construcción, irrumpió en uno de los vagones del metro de la línea R, se colocó una máscara antigás y lanzó un pequeño artefacto explosivo.
Instantes después, el vagón comenzó a llenarse de humo verde y mientras el tren entraba en la estación de la calle 36 en el barrio de Sunset Park, en Brooklyn, el hombre empezó a disparar indiscriminadamente, hiriendo a una decena de pasajeros. Los gritos y llantos no se hicieron esperar, según puede verse en las grabaciones de las cámaras de seguridad de la estación. Todo apunta a que el sospechoso aprovechó el caos para escaparse entre la multitud que, aturdida y aterrorizada, intentaba salir a la superficie.
Un policía investiga la estación del metro de Brooklyn tras el tiroteo. Reuters
El alcalde de la ciudad de Nueva York, Eric Adams, quien se encuentra confinado desde que hace diera positivo de coronavirus durante el fin de semana, apuntaba por su parte que si bien es “prematuro” hacer conjeturas sobre los motivos e identidad del autor del tiroteo (algunas voces oficiales hablaban de “ataque terrorista”), calificó el incidente de “acto de violencia sin sentido”.
“Esto es terror. Alguien intentó sembrar el terror en nuestro sistema. Trajeron lo que parece ser algún tipo de dispositivo de humo. Dispararon un arma; pero no quiero dar ninguna información prematura”, apuntó el alcalde neoyorquino en una entrevista telefónica con la CNN. “Todavía estamos desarrollando la investigación, pero llegaremos a la raíz de lo que sucedió y detendremos a la persona responsable”, añadió Adams.
Nueva York en estado de alarma
El Departamento de Educación de la ciudad de Nueva York fue uno de los primeros en reaccionar, activando el protocolo de ‘shelter in place’ (permanecer en el sitio) en todos los centros educativos situados en las inmediaciones. Tanto el instituto de secundaria como la escuela primaria situados a pocos metros de la boca de metro donde tuvo lugar el tiroteo, como todos los centros educativos localizados en una milla a la redonda se apresuraron a conducir a los alumnos al interior de los edificios escolares hasta nuevo aviso.
A las 14:30 hora local, el protocolo seguía en marcha, contribuyendo a la angustia de padres, familiares y vecinos del barrio. No obstante, según los partes oficiales del Departamento de Policía de Nueva York, no se han reportado lesiones “o informes de actividad delictiva relacionada con el tiroteo”.
Niños de un colegio cercano se asoman a la ventana para ver lo ocurrido en la estación de Brooklyn. Reuters
Este tipo específico de medidas de seguridad permite a docentes y alumnos moverse libremente en interiores y continuar con sus actividades cotidianas. “Cada año, al comienzo del curso escolar, hacemos ensayos y simulaciones en los que se enseña a niños y mayores cómo actuar ante diversas situaciones de emergencia”, explica a EL ESPAÑOL la subdirectora de un colegio público de primaria en Manhattan.
“Violencia continua”
En lo que va de año, ha habido 36 tiroteos más en Nueva York de los que se registraron en el primer trimestre de 2021. En total, la ciudad ha sido testigo de 296 de enero a marzo de este año, según las estadísticas del Departamento de Policía, que incluyen los primeros tres días de abril.
Para la comisionada de policía neoyorquina Keechant L. Sewell, la tendencia refleja “violencia continua y completamente inaceptable en nuestras calles”.
Y es que tan sólo en las últimas dos semanas, un niño de 12 años murió en Brooklyn cuando una ráfaga de tiros alcanzó el coche estacionado en el que estaba comiendo con su tía y su primo. Días después, una mujer de 61 años murió tras recibir una ‘bala perdida’ de otro tiroteo en el Bronx. En marzo, un niño de 3 años recibió un disparo en el hombro frente a una guardería de Brooklyn.
La comisionada de la Policía de Nueva York, Keechant L. Sewell. Reuters
Esta última oleada de tiroteos en la ciudad llega en pleno arranque de la temporada turística de Semana Santa, en un momento crítico para el alcalde Nueva York (el expolicía Eric Adams), quien ha hecho de la seguridad ciudadana el eje de su estrategia de gobierno. De hecho, este último ataque llega apenas dos días después de que Adams presentara su flamante plan estratégico para los próximos años. Uno de los puntos clave de dicho plan es el programa de Seguridad del Metro, que amplía los equipos de respuesta ciudadana y los servicios de salud mental.
El plan contempla además una mayor dotación de personal médico y un despliegue diario de operativos del Departamento de Policía de la Ciudad de Nueva York (NYPD, por sus siglas en inglés) en las principales estaciones de metro y tren de los cinco barrios que conforman la ciudad. Los oficiales se dedican principalmente a patrullar por los andenes, así como a realizar inspecciones –en las estaciones e inmediaciones de las bocas de metro (según datos oficiales, los policías neoyorquinos realizaron más de 256.000 inspecciones de metro entre el 6 de enero y el 9 de abril).