El pegajoso olor de la muerte impregna el paisaje que el huracán Dorian dejó a su paso en las Bahamas, cuentan los supervivientes. “Puedes oler los cuerpos descompuestos conforme caminas por Marsh Habour”, una de las zonas más devastadas, ha contado a Reuters Sandra Sweeting, residente de la ciudad, en Grand Abaco mientras esperaba en el aeropuerto algún avión que la sacara de la isla, una de las más devastadas. “Cientos, tiene que haber cientos” de cadáveres, apuntó por su parte Anthony Thompson, de 27 años, trabajador de una funeraria local. El 60% de la ciudad de Marsh Habour ha quedado destruido, según el Gobierno.
El balance mortal oficial del paso de Dorian por el idílico archipiélago caribeño no se ha movido de los 30 fallecidos pero son varios miles los nombres de las personas en las listas de desaparecidos y se teme que la cifra final de víctimas mortales aumente fuertemente. Las autoridades han pedido a los bahamenses que se preparen para lo peor. “Creo poder decir que el balance definitivo será espantoso”, declaró ayer el primer ministro de Bahamas, Hubert Minnis.
El primer ministro de Bahamas ha advertido que el balance definitivo será ‘espantoso’
Excepcionalmente lento e intenso, el huracán Dorian mantenía la categoría 5 cuando el domingo por la noche se instaló sobre el archipiélago y durante 48 horas descritas como infernales por los supervivientes arrasó las islas Ábaco y Grand Bahama.
Hubo que esperar 24 horas más hasta que se estabilizó la situación meteorológica y las autoridades pudieron enviar efectivos para evaluar la situación y empezar a organizar las labores de rescate. Apenas ayer debían llegar a las islas más afectadas personal especializado en evacuaciones así como bolsas para cadáveres y cámaras frigoríficas móviles.