La primera final Toros-Licey en casi 40 años puede sellarse al concluir la jornada del viernes. Pero a esa misma hora los cuatro equipos del round robin pueden estar más pegados que una gallina a sus polluelos recién nacidos. Los siete partidos que restan al todos contra todos pueden ser de infarto o un puro y deslucido trámite.
Si taurinos y añiles ganan hoy, mañana y pasado concluye el playoff. Si pierden habrá un cuádruple empate.
Los Toros, que se estrenaron en una final apenas en su segundo año cuando se llamaban Azucareros precisamente ante los Tigres en la 1984-85, han lucido como ese guardia pretoriano de la fase regular. Capaz de superar un arranque de periódico mojado de Peter O’Brien, Jordany Valdespín y Rubén Sosa, la salida de Yamaico Navarro, Manuel Margot y Freddy Peralta, los de Lino Rivera llegan a la reanudación a ley de un empujón para visitar la final por segunda campaña en fila, por primera vez.
Su referente es el pitcheo. Mientras los otros tres equipos se combinan para una efectividad de 4.33 la suya es casi la mitad (2.46). Se apoyan en su pitcheo abridor, los cubanos Raúl Valdés, Carlos Hernández y Jorge Martínez y el panameño Paolo Espino, que junto a Peralta compilan promedio de carreras limpias de 1.55 en 58 entradas con WHIP de 0.97.
Junior Lake, Jeimer Candelario y Pedro Florimón sostienen la manufactura ofensiva, con O’Brien recuperándose en los últimos partidos y un Abraham Almonte recién integrado en buena forma.
Equilibrio felino
El Licey debe su liderato a su ofensiva, con un pitcheo que pasa la prueba a retazos. Los azules lideran la manufactura de carreras (66, 21 más que los Toros) si bien son últimos en extrabases con 20 y, obviamente, su slugging es el más bajo (.371).
El quinteto integrado por Jorge, Emilio Bonifacio, Sócrates Brito, Dónovan Solano y Michael de la Cruz sostienen esa carga, que perdió esta semana al líder Erick Mejía. Entre los cinco han producido 32 de las vueltas y anotado 38.
El pitcheo añil no deja de ser una interrogante, pero hasta la fecha Pedro López ha sorteado el barco, con su relevo como líder en ventajas mantenidas (holds) 16.
En la cuerda floja
A Águilas y Escogido les ha costado encontrar la regularidad y su margen de error se ha reducido al mínimo al punto que sus opciones pueden terminar en 72 horas.
Las cuyayas son últimas en anotación de carreras (42), imparables (85), bateo (.230) y porcentaje de embasarse (.279). También van en la cola en efectividad (4.69), sus brazos permiten la mayor ofensiva (.295) y los que más hits toleran (117).
Al desastre de sus abridores (5.30) se suma la salida de su relevista premium Richard Rodríguez (1.80). Yunesky Maya ha necesitado tres salidas para completar las 10 entradas y Logan Darnell no llega a esa cuota en igual cantidad de aperturas. De hecho, ningún iniciador amarillo ha completado los cinco episodios en una salida.
Los rojos llegaron gateando al round robin y acusan una racha de tres derrotas que los tiene al borde del precipicio. La defensa ha tenido gran cuota de responsabilidad con 18 errores (líderes) que se han traducido en 14 carreras, con Ryan Court encabezando las pifias con cinco.
Un pitcheo que de por sí es el que más boletos ha otorgado (46, 20 más que los Toros) y un relevo que es último en holds (7), con su cerrador José Rafael “Jumbo” Díaz responsables de dos de esas derrotas y la confianza perdida.
El bate de Eric Filia (.435 y 5 CE), Franchy Cordero (.394 y 8) y Jimmy Paredes (.444 y 7) mantiene con opciones a los escarlatas, que esperan el despertar de Yasmany Tomás.
Fuente: Diario Libre