La compleja operación para la llegada de la ayuda humanitaria a Venezuela se ha concentrado, hasta ahora, en establecer el andamiaje necesario para almacenar suministros en las fronteras terrestres y marítimas del país sudamericano. En ese frente, los avances se han acelerado en las poco más de dos semanas que han transcurrido desde que Juan Guaidó, el presidente reconocido por la Asamblea Nacional, solicitó la asistencia.
Los representantes de Guaidó —en estrecha colaboración con Washington y Bogotá— han puesto en marcha la primera fase de su estrategia, cuyo epicentro ha sido Cúcuta, la principal ciudad colombiana sobre una porosa línea limítrofe de más de 2.200 kilómetros. Allí se estableció el primero de varios puntos de acopio, donde ya se almacenan toneladas de alimentos e insumos médicos. El lugar elegido es el Puente Internacional de Tienditas, una moderna infraestructura que conecta los dos países pero nunca llegó a ser inaugurada por el cierre de la frontera que ordenó Nicolás Maduro a finales de 2015. Con 240 metros de largo y 40 de ancho, el puente se construyó con robustas bodegas aduaneras que ahora funcionan para acopiar las ayudas gestionadas por la agencia estadounidense de cooperación, Usaid. Del lado venezolano, los militares han atravesado una cisterna y varios contenedores para bloquear el paso.
El jueves 7 de febrero llegaron a Tienditas los primeros camiones con alimentos e insumos médicos desde Bogotá, y el sábado 16 aterrizaron en el aeropuerto de Cúcuta los primeros tres aviones militares C-17 cargados de suplementos nutricionales y kits de higiene. Además de la asistencia, los aviones transportaron montacargas y personal para descargar la mercancía en Cúcuta y llevarla en camiones a Tienditas, un corto trayecto por carretera