Arabia Saudí rompe el silencio y rechaza categóricamente el informe desclasificado de la Oficina de la Directora de Inteligencia Nacional Estados Unidos sobre el asesinato del periodista Jamal Khashoggi.
A través de un comunicado el Gobierno saudí tacha las conclusiones emitidas por la inteligencia estadounidense de injustificadas e incorrectas, las cuales apuntan que el príncipe Mohamed bin Salmán había aprobado la operación para asesinar al periodista en 2018.
El informe se basa en el control por parte de Bin Salmán del proceso en la toma de decisiones en el reino, así como en la implicación directa de asesores y miembros de la seguridad del príncipe heredero en el asesinato, y en su apoyo al uso de medidas violentas para acallar a disidentes en el extranjero.
A raíz de esta evaluación la Administración de Joe Biden impuso restricciones de visado a 76 ciudadanos saudíes, supuestamente relacionados con la muerte de Khashoggi y que representan una amenaza para los disidentes saudíes en el extranjero, pero evitó sancionar directamente al príncipe heredero para no comprometer las relaciones bilaterales, según fuentes de Washington y confirmado por las declaraciones del secretario de Estado, Antony Blinken.
“Yo diría que la relación con Arabia Saudí es importante. Tenemos importantes intereses en curso. Seguimos comprometidos con la defensa del reino. Pero también queremos asegurarnos, y esto es lo que el presidente ha dicho desde el principio, de que la relación refleje claramente nuestros intereses y nuestros valores. Así que lo que hemos hecho con las acciones tomadas no es realmente romper la relación, sino recalibrarla”, señaló Blinken.
La exención podría decepcionar a las organizaciones de derechos humanos así como a sectores del Partido Demócrata que pedían responsabilizar al príncipe heredero con sanciones. Una petición que tampoco floreció durante el Gobierno de Donald Trump.
Por su parte, Arabia Saudí recordó en su comunicado que ya se han tomado los “procedimientos judiciales necesarios” contra los supuestos responsables del asesinato del periodista Jamal Khashoggi, ocurrido en el consulado saudí en Estambul el 2 de octubre de 2018.
Khashoggi, de 59 años, residente en Estados Unidos y colaborador del diario The Washington Post, era un gran crítico de la familia real saudí.