Arabia Saudí transfirió ayer el caso de la activista feminista Loujain al Hathloul a un tribunal antiterrorista, denunció ayer su familia a través de Twitter.

Encarcelada desde hace más de 900 días, la activista se declaró en huelga de hambre a finales de octubre en protesta porque no le permiten contacto con su familia.

“Parecía débil, su cuerpo temblaba descontroladamente y su voz era débil”, escribió en su cuenta de Twitter Lina al Hathloul, hermana menor de la activista. A pesar de su fragilidad física, Loujain leyó las cuatro páginas que llevaba escritas para su defensa, según contó su hermana mayor, Alia. La encausada explicó que había puesto fin a su huelga de hambre, al cabo de dos semanas, después de que los guardias de la prisión la sometieran a un duro acoso, despertándola con potentes focos de luz cada dos horas para quebrarla anímicamente.

Había ciertas esperanzas de que la Arabia Saudí de Mohamed bin Salman aflojara la represión ahora que su gran aval en la Casa Blanca, Donald Trump, ha perdido las elecciones. La noticia puso en evidencia que, en todo caso, eso no ocurrirá a corto plazo.

De 31 años, Al Hathloul fue detenida en mayo del 2018 junto a otras activistas feministas, paradójicamente pocas semanas antes de que se levantara la prohibición a las mujeres saudíes de conducir, un derecho por el que ella llevaba años luchando. Ayer compareció ante el tribunal junto a las también activistas Nasima al Sada y Samar Badawi, y la periodista Nouf Abdelaziz. Todas ellas fueron detenidas en la misma ola de arrestos lanzada por el Gobierno saudí contra defensores de los derechos humanos.

Arabia Saudí creó en el 2008 el tribunal penal especializado en asuntos de terrorismo, un órgano que, según denuncian las oenegés, ha servido sobre todo para procesar a disidentes políticos.

“Transferir a Loujain al Hathloul a un tribunal de terrorismo no la convierte en terrorista –aseguró Amnistía Internacional–. Pone en evidencia la bru-
talidad y la hipocresía de las autoridades saudíes, que instrumentalizan el empoderamiento femenino para blanquear su imagen mientras persiguen a las activistas feministas con cargos inventados”.

La represión se ha intensificado desde la llegada al poder en el 2017 del joven príncipe heredero Mohamed bin Salman, hijo del anciano rey Salman y considerado el verdadero hombre fuerte del reino.