El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, impugnó los resultados de las elecciones municipales del domingo nada más saber que su partido había perdido en las principales ciudades del país, Ankara y Estambul.
En ellas tuvo una apretada victoria el opositor Partido Republicano del Pueblo (CHP).
En la principal plaza de Estambul, los vendedores de semillas se muestran preocupados, sobre todo por la economía. En poco tiempo han tenido que doblar el precio de sus semillas y las verduras cada vez están más caras:
“El presidente, por supuesto, ¿quién más puede ser? Él es el responsable. Si un jubilado paga 15 liras por un kilo de berenjenas ¿cómo va a poder permitirse otras cosas? Está el alquiler, los niños, los nietos…”, decía una vendedora.
Junto al Bósforo, el barrio de Besiktas es otro de los bastiones fuertes del Partido Republicano del Pueblo.
Aquí hablamos con Tülay Samcı. Es relaciones públicas y afirma que la victoria de la oposición es un respiro para los ciudadanos.
“Durante 17 años el AKP ha cambiado todo el sistema, toda la estructura del Estado, las creencias y los valores que tenían los turcos. Ha cambiado todo y hay mucha gente que está muy infeliz con todo este cambio”.
