El procurador general de la República, Jean Alain Rodríguez, y el director general de la Policía Nacional, Ney Aldrin Bautista Almonte, informaron ayer que el objetivo del atentado en el que resultó herido David Ortiz, no era el expelotero, sino un amigo de éste llamado Sixto David Fernández, alias El Modelo.

Según informó el Procurador, Sixto David Fernández se encontraba junto a Ortiz y otros conocidos en una mesa del Dial Bar and Lounge, en la avenida Presidente Vásquez, la noche del domingo 9 de junio cuando ocurrió el hecho.

El procurador mostró, a través de un video, que los atuendos de Fernández, quien tiene un taller de mecánica y no presenta historial delictivo, y el del expelotero eran similares, por lo que argumentó que los criminales habrían confundido el objetivo.

“Esta confusión de objetivo parece haber sido inducida por una fotografía tomada unos minutos antes del incidente e intercambiada entre uno de los autores intelectuales y los ejecutores”, añadió Rodríguez, al tiempo que señaló como el presunto autor intelectual del atentado a Víctor Hugo Gómez, primo de Sixto David Fernández.

El procurador general advirtió que Gómez es un prófugo de la justicia norteamericana, y es buscado “activamente” por la Administración para el Control de Drogas (DEA) del Departamento de Justicia de los Estados Unidos y otros organismos. Indicó, además, que Gómez pertenece al Cártel del Golfo de México.

Según la investigación de las autoridades, Gómez fue apresado por la Dirección Nacional de Control de Drogas (DNCD) y sometido a la acción de la justicia en el 2011 por asuntos vinculados al narcotráfico. Gómez, según el procurador, coincidió en la cárcel de La Victoria con Carlos Rafael Álvarez, Alberto Miguel Rodríguez Mota y José Eduardo Ciprián alias Chuqui, éste último señalado como quien operó la estructura para darle muerte a Fernández, y que por error dejó a Ortiz gravemente herido.

“Gómez, presunto autor intelectual, compartió prisión con parte de los autores materiales, que están hoy en día bajo prisión”, agregó Rodríguez, quien apuntó que el último rastro que se tiene de ese criminal lo ubica en Estados Unidos, desde donde presuntamente habría orquestado la muerte de su pariente.

De acuerdo con el procurador, Fernández era un asiduo visitante del establecimiento donde ocurrió el lamentable suceso, y que acostumbraba a ir especialmente los domingos, días en los cuales reservaba varias mesas.

Según las evidencias recolectadas por las autoridades a través de los dispositivos de comunicación móviles (celulares) de varios de los implicados, se evidencian dos aspectos “críticos” de la cronología del incidente.

La primera fue la ubicación de la mesa donde se encontraba el verdadero objetivo y la forma en la que estaba vestido. Y, la segunda, una fotografía de escasa iluminación tomada supuestamente minutos antes del ataque por Alberto Miguel Rodríguez Mota, “y en la que por la disposición de varios objetos interpuestos en primer plano, cubriendo la parte inferior del cuerpo, dan la apariencia de que el pantalón que viste David Fernández fuese de color blanco, similar al que vestía David Ortiz”, narró el procurador.

A través de una rueda de prensa, Rodríguez subrayó que David Fernández fue requerido para ser interrogado por las autoridades, tras identificarlo en la fotografía.

El procurador aseguró que David Fernández señaló a Gómez como la única persona con posible interés de atentar contra su vida, “lo cual habría reiterado en varios mensajes amenazantes, por un hecho ocurrido unos años antes y que pudo haber sido interpretado como un acto de delación en su contra, por el cual fue sometido a la justicia”.

Dice vestía diferente

Recientemente, al ser entrevistado vía telefónica en el programa radial “El Sol de la Mañana”, Fernández aseguró que el 9 de junio sí estaba sentado frente Ortiz en el centro de diversión donde ocurrió el hecho y que estaba vestido de manera diferente.

“Yo y David somos dos personas físicamente muy diferentes para parecernos”, señaló en ese momento.

Y expresó que trabaja honestamente y que no tiene “ni un solo enemigo”, contrario a la versión de las autoridades.