EE.UU. contraataca. Washington ha lanzado la primera operación de castigo contra un centro de planificación de operaciones del autodenominado Estado Islámico en Afganistán.
Ha sido un ataque con drones a la rama local del grupo yihadista en el este del país autora de atentado que el pasado jueves acabó con la vida de 169 afganos y 13 miltares estadounidenses en el aeropuerto de Kabul.
El ataque precipitó el final de las operaciones de evacuación de occidente aunque Estados Unidos todavía mantiene el control del aeropuerto.
“Los talibanes no controlan ninguna parte del aeropuerto internacional Hamid Karzai. Yo también vi ese informe, es falso”, insistió el portavoz del departamento de Defensa de Estados Unidos John Kirby ante las preguntas de la prensa.
Máxima amenaza terrorista
Las últimas evacuaciones continúan con el martes como fecha límite, pero bajo una seguridad reforzada por la amenaza terrorista.
Jen Psaki, secretaria de prensa de la Casa Blanca, explicó que “el equipo de seguridad nacional con el que se ha reunido el presidente esta mañana ha asegurado al presidente y al vicepresidente que es probable que se produzca otro ataque terrorista en Kabul.”
La Casa Blanca advierte de que atraviesa el periodo de la misión “más peligroso hasta la fecha” y, sobre las amenazas de Joe Biden a los terroristas, aclara que el presidente “dejó claro que no quiere que sigan viviendo en la tierra”.
El resto de aliados occidentales ya han dado por concluida su misión en Kabul. El viernes lo hicieron Francia, Reino Unido, Italia y España, con el último avión que llegó a la base de Torrejón de Ardoz.
En total, España evacuó a 1.898 afganos, colaboradores y sus familias, pero desde el Gobierno aseguran que se trabaja en alternativas para seguir evacuando gente, sin descartar los contactos operativos con los talibanes.