Corea del Norte desmantelará su centro de pruebas nucleares en menos de dos semanas, en una ceremonia que se celebrará entre el 23 y el 25 de mayo y a la que ha invitado a la prensa extranjera, según anunció este sábado el Ministerio de Relaciones Exteriores de este país en un comunicado.
Pyongyang afirmó que busca “asegurar la transparencia del cese de pruebas nucleares“, que ya había comunicado el pasado mes de abril, cuando su líder, Kim Jong-un, dijo que estas ya no eran necesarias porque su programa de armas nucleares ya había cumplido su objetivo.
El centro de Punggye-ri ha sido escenario de seis pruebas desde 2006.
Los científicos ya habían advertido que la última bomba, detonada en septiembre, había hecho que las instalaciones colapsaran parcialmente. Según algunos expertos chinos, estas habían quedado inservibles.
Estos experimentos se realizaban en un sistema de túneles excavado debajo de la montaña Mantap que ahora el gobierno norcoreano terminará de derrumbar. Las entradas se bloquearán “por completo” con explosiones.
También se retirarán todos los edificios de observación, que incluyen institutos de investigación y las estructuras usadas por los guardias que cuidaban el terreno.
Vigilantes e investigadores deberán abandonar el área, que quedará “completamente cerrada”, explicó el ministerio.
Corea del Norte ya había anunciado en abril, tras una reunión entre las dos Coreas, que clausuraría el centro de Punggye-ri en mayo pero hasta ahora no se conocía la fecha ni si la prensa internacional sería invitada a una instalación militar tan clave.
Aunque el gobierno ha limitado la invitación a periodistas de Estados Unidos, Reino Unido, China, Rusia y Corea del Sur debido al “espacio reducido” del centro de pruebas y su ubicación, en una zona montañosa “profunda” e “inhabitada”.
El anuncio se dio en la misma semana en que tres prisioneros estadounidenses fueron liberados por el régimen norcoreano como gesto de buena voluntad de cara a la reunión entre el presidente Donald Trump y Kim, que se celebrará el 12 de junio en Singapur.
Sólo un día antes del comunicado, el secretario de Estado de EE.UU., Mike Pompeo, había declarado que su país estaba dispuesto a colaborar en la reconstrucción de Corea del Norte y ayudar a esta nación a alcanzar “la prosperidad” siempre que su gobierno se deshiciera de forma rápida de las armas nucleares.