El Real Madrid que busca dar un paso más en su camino rumbo a Kiev cuando se mida al Bayern Munich en la ida de la semifinal de Champions League este miércoles, tendrá que demostrar, una vez más, que no se dejará consumir por los temores al “fracaso”.
Pese a su condición de vigente bicampeón los octavos de final ante el PSG y los cuartos ante la Juventus pusieron a prueba su instinto de supervivencia. Esta vez no será la excepción.
En plena racha de resultados irregulares, con varios miembros importantes del plantel con el futuro en juego, y con el buen “nombre” de por medio tras lo ocurrido en la vuelta ante la Juventus, Real Madrid llega en medio de la incertidumbre y rodeado de un profundo temor a que imperan en la capital española a que el equipo de un paso en falso y acabe con las manos vacías.
* El bloqueo de Karim Benzema
Si hay un jugador señalado en el plantel merengue, es el delantero francés. Sus pobres números (nueve goles en 39 partidos) han sido motivo de crítica durante toda la campaña, y no han hecho más que arreciar en las últimas semanas, después de que, en ausencia de Cristiano Ronaldo ante Málaga, fuera incapaz de asumir el rol de hombre punta en el ataque. Suma ya tres partidos sin ver puerta y tras quedarse en la banca en la vuelta de cuartos frente a la Juventus, su futuro luce incierto pese a haber firmado una renovación hasta 2021 en septiembre. Incluso su principal defensor, Zinedine Zidane, ha admitido que está “bloqueado” y necesita volver a marcar.
El delantero de 30 años sabe que en el club ya le buscan reemplazo en el rival en turno Robert Lewandowski, la estrella de la Roma Edin Dzeko o el inglés Harry Kane. Con un Mundial (que no va a disputar) a la vuelta de la esquina, está ante su última oportunidad de mostrar su valía. O tendrá que empezar a empacar.
* Zidane necesita reafirmarse como líder
El entrenador galo ha venido jugándose el puesto desde que el Madrid se midiera al PSG en octavos de final en febrero. La fallida temporada en Liga y Copa del Real Madrid han dejado señalado al técnico, ya sea por su empecinamiento de mantener a Benzema como titular, su férrea defensa al arquero que le ha dado dos títulos de Champions, Keylor Navas, o su política de rotaciones en la que los jóvenes, apuestas a futuro de la directiva, han pasado a segundo plano. La incierta situación de Gareth Bale, el jugador más caro del plantel y condenado a un papel secundario por el técnico debido a sus constantes problemas físicos, comienza a despertar sospechas en la capital española.
No le ayuda que su equipo llega a Munich tras firmar la peor racha desde enero, con solo una victoria en los últimos cuatro partidos en todas las competiciones (ante un equipo que acaba de firmar el descenso, Málaga), y tras haber calificado a cuartos de final por un golpe de suerte. Un mal resultado, y un funcionamiento tan pobre como el mostrado desde la derrota ante la Juve, puede catalizar el adiós del técnico apenas llegue el verano.
* Evitar las polémicas arbitrales
El Madrid tiene que sortear una situación en la que no tienen control alguno. Las decisiones arbitrales. Lo ocurrido ante la Juventus, cuando el silbante Michael Oliver concedió un penal a los merengues en tiempo de compensación que acabó dándoles el pase a semifinales, sigue retumbando en Madrid. Ha levantado viejas heridas en Europa – pues fue el Bayern Munich, precisamente, la última víctima de un error arbitral que benefició al Madrid en los cuartos de final el año pasado – y ha generado un enorme malestar en el club merengue a todos los niveles, luego de numerosas acusaciones, dentro y fuera de España, de “robo”.
El Madrid quiere rescatar su buen “nombre” haciendo una eliminatoria impecable frente al Bayern. Llegan con la consigna de evitar a manera de lo posible meterse en problemas. El resto, dependerá del árbitro holandés Björn Kuipers, uno de los veteranos más y respetados en la UEFA.