Santo Domingo.-Ante el peligro que representa el deterioro del puente Francisco del Rosario Sánchez (Puente de la 17), los residentes del sector Los Guandules, en el Distrito Nacional, se quejan de la inseguridad en la que viven, ya que pedazos de metal han caído encima de los techos de algunas de las casas.
Estos moradores que en su mayoría viven en condiciones precarias, relataron a EL DÍA lo agonizante y estresante que es habitar bajo este paso elevado, el cual muestra una degradación constante, del cual se desprenden piezas de metal y pedazos de concreto han desprendido.ADVERTISING
Comercios y casas que se encuentran debajo del Puente de la 17, en el sector Los Guandules.
Quejas por descuido
Emilia Pérez, de 55 años, expresó que detrás de su casa han caído una barra de metal de la parte desprendida de alguna parte del puente, así como tornillos y restos de cemento.
“Aquí cayó una barra de eso y entre cinco hombres no la pudieron levantar, suerte que no cayó encima de una persona”, dijo mientras servía la comida a sus familiares.
Sostuvo que esta situación es desesperante para los que viven debajo de esta estructura, ya que no cuentan con los recursos necesarios para mudarse a otro lugar.
Marte Paniagua, de 36 años, contó a EL DÍA que la condición se agrava cuando el personal que limpia el puente tira restos de basura para al vacío, lo que impacta sobre las casas y los negocios que se encuentran debajo .
“¿Tu sabes lo que es esa gente barrer y tirar la basura? Tuvimos que subir y decirles que abajo vive gente para ellos tirar toda esa basura y todo lo que encuentren”, afirmó Paniagua, todavía afectada por el mal momento.
Leónidas Sánchez, de 77 años, quién se encontraba limpiando su casa, explicó que en tiempos de lluvias cuando los vehículos transitan por el Puente de la 17, toda esa agua cae encima de viviendas.
Solicitan ayuda
Los residentes de esta parte del sector Los Guandules solicitan la intervención del gobierno para que repare el puente o que traslade a otro lugar a los afectados directos.
Asimismo, agregaron que sienten temor de que en cualquier momento uno de los pedazos de metal o concreto que se desprenden impacte una vivienda con personas dentro o, en el peor de los casos, este se desplome, ya que su estructura está deteriorada y el peso que recibe diario es muy grande.
Amalia Dipré, de 55 años, quien vive en frente del puente, manifestó que las personas que viven debajo tienen que estar alerta ante cualquier eventualidad que se presente.
“Aquí no ha venido nadie a reparar el puente. Queremos que vengan y lo arreglen porque de pedazo a pedazo se les va a caer encima”, apuntó.
Requiere intervención
El geólogo Osiris de León expresó que las evaluaciones anteriores indican que el puente requiere una intervención o sustitución, debido a los 50 años que tiene en servicio.
Explicó que ante esto, las instituciones gubernamentales deben ponerse de acuerdo para decidir la mejor opción para intervenir, reforzar o sustituir una nueva y robusta estructura, la cual pueda dar un servicio seguro, incluyendo una respuesta sísmica ante terremotos de gran magnitud.
“El hecho de que el Puente de la 17 haya cumplido su vida útil no debe implicar alarma en lo absoluto, sino una atención y colocación en el listado de prioridades de la Comisión para una evaluación inmediata y para hacer las recomendaciones respecto a las mejores opciones para su intervención, a los fines de que Obras Públicas lo agende en la hoja de trabajos”, declaró a EL DÍA.
Factores que inciden
— Carga elevada
El alto contenido de salitre (cloruro de sodio), junto a la meteorización típica del clima tropical aceleran el deterioro de elementos estructurales metálicos en un puente que diariamente soporta una importante carga vial.