La mitad de la población europea de ascendencia africana sufrió situaciones de discriminación racial en 2022, según un informe de la Agencia de Derechos Fundamentales de la Unión Europea (FRA, en sus siglas en inglés). Ese reporte, que se hace cada seis años, muestra un aumento del 39% en 2016 al 45% de población negra europea que se sintió discriminada por su color de piel.
El texto dice que el racismo es “omnipresente e implacable” y que va en aumento, aunque la situación difiere mucho de unos países a otros. Lo sufren los niños en las escuelas, los sufren las familias que quieren alquilar un departamento, lo sufren cuando van al supermercado y a centros hospitalarios, es una situación de discriminación permanente.
El 23% denuncia que se le negó el alquiler de un departamento sólo después de que el propietario del mismo viera el color de su piel, otro 23% tuvo que sufrir cómo alguien hacía comentarios ofensivos o amenazaba a sus hijos por el color de su piel o su origen migrante, algo que en Irlanda sufre el 39% de las personas de raza negra, en Alemania y Finlandia el 38% y en Austria el 37%.
Alemania y Austria, los peores
La FRA entrevistó a 6.752 personas de ascendencia africana y residentes en 13 países europeos: Alemania, Austria, Bélgica, Dinamarca, España, Finlandia, Francia, Irlanda, Italia, Luxemburgo, Polonia, Portugal y Suecia.
La peor situación en 2022 se dio en Alemania y Austria. En los dos países de habla alemana tres cuartas partes de su población de ascendencia africana dijo sentirse discriminada racialmente: el 76% en Alemania y el 72% en Austria. Esa tasa subió en los últimos años desde, respectivamente, el 52% y el 51%. En España, Francia, Italia, Polonia, Portugal y Suecia esas tasas de racismo descienden en los últimos años.
Manifestación en Alemania contra la inmigración. Foto: AFP / archivo
La policía detiene más a las personas de raza negra, un fenómeno que se da en casi todo el continente. El 26% de los europeos de ascendencia africana fue interpelado por agentes policiales en los últimos cinco años y el 48% de ellos acusa a los policías que lo detuvieron de hacerlo por cuestiones raciales.
Clarín ha visto en muchas ocasiones como a la salida del subte, en Bruselas, los agentes de policía pedían la documentación a los hombres árabes, negros o latinos mientras dejaban pasar de largo a los europeos.
Discriminación laboral
La discriminación es también laboral. El 32% de las personas de ascendencia africana en Europa tienen “ocupaciones elementares” mientras para el conjunto de la población esa tasa es del 8%. El 30% tiene un contrato temporal mientras la media es del 11%.
Una situación que no se justifica por peores cualificaciones porque mientras el 21% de los trabajadores tienen ocupaciones por debajo de su nivel de cualificación, entre las personas de raza negra esa tasa llega al 35%.
El contexto político
La situación política explica algunas cosas. El partido alemán de extrema derecha ‘AfD’ crece como la espuma. Si ya es la tercera fuerza política, los sondeos la colocan como la segunda si los alemanes fueran ya a las urnas. Su influencia crece no porque gobierne (sólo tiene un alcalde en una pequeña localidad del este) sino porque contagia al resto de formaciones políticas con su retórica racista.
Una marcha en Colonia, Alemania, contra la discriminación: “silencio es violencia”, dice el cartel. Foto: AP
En Austria, el FPO, fundado por antiguos SS nazis en 1956, vuelve a liderar las encuestas para las legislativas de 2024 y ya pasó por el gobierno de coalición con los conservadores hasta que los escándalos de corrupción reventaron aquel ejecutivo.
Pero partidos de extrema derecha con porcentajes de voto superiores al 10% hay también en Italia, España, Francia y la mayoría del bloque y en algunos países ese racismo baja mientras en otros sube.
El problema puede ser aún mayor, según el director del FRA, Michael O’Flaherty, porque algunos países, como Alemania, no recopilan estadísticas raciales o étnicas. Eso lleva a que, por ejemplo, muchos delitos de odio racista sólo se cuenten como delitos comunes. La idea de que recopilar estadísticas en función de la etnia no debe hacerse nació en Alemania después de la Segunda Guerra Mundial.
En la presentación del informe, O’Flaherty denunció que la situación empeora desde 2016 y que “el racismo y la discriminación no deberían tener sitio en nuestras sociedades. La Unión Europea y sus Estados miembro deberían usar estos datos para mejorar sus esfuerzos y asegurar que la población de ascendencia africana también pueda disfrutar de sus derechos libremente, sin racismo y discriminación”.