NUEVA YORK.- Elon Musk, CEO de X y Tesla, desactivó el año pasado los satélites Starlink cerca de la costa de Crimea para frustrar un ataque ucraniano a la flota rusa y evitar así un posible “mini Pearl Harbor”. Con los satélites apagados, los drones submarinos de Kiev que se estaban acercando a los barcos rusos fueron obligados a alejarse hacia la orilla sin sufrir daños.
El pedido del multimillonario sudafricano a los ingenieros de Starlink se debió a sus temores de una reacción con armas nucleares por parte de Moscú.
La revelación de los hechos es “Elon Musk”, la nueva biografía del propietario de Tesla y X editada por Walter Isaacson que estará en las librerías el 12 de septiembre y de la que la cadena estadounidense CNN obtuvo algunos extractos que cuentan el dilema del polémico magnate frente al conflicto y a su papel.
De hecho, tras el incidente de los satélites desactivados, las autoridades ucranianas rogaron al multimillonario que restableciera las conexiones mientras los gobiernos estadouindense y europeos empezaban a interrogarse sobre el tema de los pagos de satélites para Kiev.
Concluyeron que confiar en la caridad del excéntrico Musk habría sido demasiado arriesgado: por eso al final el Pentágono y los gobiernos de la Unión Europea (UE) se hicieron cargo de los gastos.
Al inicio de la invasión rusa en 2022, Musk dio luz verde para suministrar a Ucrania millones de dólares en terminales Starlink, que se volvieron cruciales para las tropas de Kiev. Pero cuando el Ejército empezó a utilizarlos para ataques contra Rusia, Musk comenzó a dudar.
“¿Cómo terminé en esta guerra? Starlink no estaba destinado a involucrarse en guerras. Es para que la gente vea Netflix, se relaje y tenga acceso en línea a las escuelas. Me refiero a cosas pacíficas, no a ataques con drones”, dijo Musk a Isaacson.
El dominio del espacio de Starlink, una empresa privada valorada en 180.000 millones de dólares, preocupa cada vez más a los líderes militares y políticos del mundo.
Gracias a sus más de 4500 satélites, más de la mitad de los activos, el propietario de Tesla y X tiene casi el monopolio.
De hecho, Starlink es a menudo la única forma de obtener acceso a Internet en zonas de guerra y afectadas por desastres naturales, además de ser esencial en Ucrania y haber ayudado a activistas en Irán y Turquía a eludir los controles de sus gobiernos.
El Departamento de Defensa de Estados Unidos es cliente de Starlink y muchos otros ejércitos, incluido el de Japón, están probando la tecnología Starlink, considerada la más fiable. Pero no es del todo convincente el malhumorado Musk, que por capricho tiene el poder de dejar a todos en la oscuridad en cualquier momento.
Agencia ANSA