El canciller ruso Sergei Lavrov, que hace tres o cuatro días aseguró que su país combatirá “con armamentos convencionales”, acaba de prender fuego la pradera. Amenazante, dijo que “existe el real peligro de una Tercera Guerra Mundial”.
Que la situación se hace peliaguda la dio una inmediata y seca declaración del gobierno de China, hermano mayor en la alianza con los rusos: “China no quiere la Tercera Guerra Mundial”. Y agregó que quiere un acuerdo entre las partes.
Rusia no puede tomar la más grave iniciativa sin consultar a Beijing, que es la otra superpotencia con EE.UU., aunque los rusos tienen un formidable arsenal atómico. Si China no quiere es objetivamente muy difícil que Vladimir Putin pueda arrastrar a los chinos al borde del infierno atómico.
La crisis internacional escala peligrosamente, no hay dudas. Estados Unidos se ha pasado a una línea dura, con un apoyo militante para suministrar nuevos armamentos a los ucranianos que resisten a la ofensiva rusa para ocupar el este y sur de del país que invadió el 24 de febrero.
Es inevitable que aumenta la tensión armar hasta los dientes a los ucranianos mediante el flujo de armamento que fue defensivo y se está haciendo cada vez más pesado, para fortalecer la resistencia da las veteranas tropas de Ucrania en la región del Donbas, escenario central de los combates que se van alargando hacia el sur.
Reunión clave en Alemania
Los representantes de unos 40 países están reunidos este martes en la base norteamericana de Ramstein, en Alemania, invitados por el Departamento de Estado. El tema central es reforzar la defensa de Ucrania. El ministro de la Defensa, Lloyd Austin, dijo que los agredidos “pueden vencer a Rusia si se les suministraran los medios adecuados”.
El encuentro ha sido programado “a fin de generar capacidad adjunta para las fuerzas ucranianas”, dijo Austin. El otro ministro del gobierno del presidente Biden, el secretario de Estado Antony Blinken, señaló que EE.UU. quiere asegurar a Ucrania “el tipo de artillería y municiones que son eficaces en esta fase de la lucha”.
La colecta internacional está convocada al día siguiente del encuentro del jefe del Pentágono y el jefe de la diplomacia norteamericanos con el presidente Zelenski en Kiev, la capital ucraniana.
Encuentro del jefe del Pentágono y el jefe de la diplomacia norteamericanos con el presidente Zelenski en Kiev, la capital ucraniana. Foto: EFE
Blinken resumió los resultados así: “Vemos que Rusia no ha logrado los objetivos que buscaba. Ahora la estrategia consiste en una masiva presión sobre Rusia y un masivo apoyo a Ucrania”. Más armas, más medios pesados que hace unas semanas no se tenían en cuenta y se hablaba de medios bélicos exclusivamente defensivos.
En Ramstein los norteamericanos, columna vertebral del apoyo a la defensa militar ucraniana, presentan una larga lista de los armamentos que diseñarán el futuro de una guerra que Washington imaginan será larga.
Se prevén dificultades. Por ejemplo con la misma Alemania que alberga el encuentro internacional que va más allá de los aliados de la OTAN, la alianza militar occidental.
El primer ministro germano, Olaf Scholz, es contrario a la manga larga con los abastecimientos militares pesados. La Rheinmetall, que fabrica el centenar de tanques Marder pedidos por Kiev, solicitó el lunes al gobierno de Berlín una decisión oficial sobre el permiso de exportación.
Alemania está acogotada por su dependencia energética de los abastecimientos rusos de gas y petroleo. Si Putin apretara las clavijas cerrando los grifos de los gasoductos, los germanos irían de lleno a una recesión económica.
Arsenales nucleares
Las amenazas rusas de guerra nuclear refrescaron rápidamente las informaciones sobre los arsenales atómicos rusos y norteamericanos.
Fuente: BBC (dates de Federation of American Scientists)Infografía: Clarín
Rusia pose el primado mundial con 6.370 armas nucleares entre misiles y bombas. En 2019 gastó 8.500 millones de dólares, según el Ican, que es el instituto con sede en Ginebra que impulsa la campaña contra las armas atómicas y que recibió el Premio Nobel de la paz en 2017.
Para el Ican, EE.UU. posee 5.800 armas nucleares, que son 3.750 según la NSA, que es el ente de administración de la seguridad nuclear norteamericana.
Es imposible determinar el número preciso de armas rusas y norteamericanas y calificar cuáles son las más obsoletas y cuáles las modernizadas. Aunque se estima que EE.UU. gasta cuatro veces más que Rusia, porque dedica grandes sumas al mantenimiento seguro del armamento atómico.
Además EE.UU. tiene desplegadas armas nucleares en cinco países europeos. Oficialmente son un centenar pero hay fuentes italianas que sostienen que en las bases de Aviano y Ghedi, más algunas bases secretas, solo en Italia se acumularían hasta 70 ingenios atómicos.
China reconoce gastar 10.400 millones de dólares en el frente de las armas nucleares, una cifra al parecer modesta y poco creíble. Beijing, empujado por su propio crecimiento como superpotencia no puede evitar el aumento significativo de su compromiso atómico militar.
Se estima que China posee un arsenal nuclear relativamente modesto de 380 misiles y bombas, con un centenar de misiles intercontinentales basados en tierra. La mayor preocupación china son los 1371 misiles intercontinentales atribuidos a los norteamericanos, que constituyen una amenaza directa debido a su largo alcance.
Los satélites espías han mostrado, por ejemplo que en la zona de Yumen, al norte de Beijing, ha sido completada la construcción de 119 silos de lanzamiento de misiles balísticos intercontinentales.
Los otros países atómicos están aumentando rápidamente sus gastos militares en el sector. Francia, con má de 300 misiles y bombas, llegó el año pasado a 4800 millones de dólares. Gran Bretaña bordea los 9000 millones. India, Paquistán, Israel y Corea del Norte registran aumentos menores.
Roma, corresponsal
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