Reuters

La primera mujer secretaria de Estados Unidos, Madeleine Albright, considerada un símbolo feminista, murió este miércoles a los 84 años debido al cáncer, informó su familia.

Conocida por ser tan solo una niña cuando huyó de los nazis en Checoslovaquia, fue una diplomática de tono duro en un Gobierno que dudó en involucrarse en las dos mayores crisis de política exterior : los genocidios en Ruanda y Bosnia-Herzegovina.

“Estamos desconsolados al anunciar que la doctora Madeleine K. Albright, la 64° secretaria de estado de Estados Unidos y la primera mujer en ocupar ese cargo, falleció hoy temprano. La causa fue el cáncer”, dijo la familia en Twitter.

Albright que se había convertido en embajadora estadounidense ante Naciones Unidas en 1993 presionó para que se adoptara una línea más dura contra los serbios en Bosnia. Sin embargo, durante el primer mandato del presidente Bill Clinton, muchos de los principales expertos en política exterior del gobierno recordaron cómo Estados Unidos se paralizó en Vietnam y estaban decididos a no repetir ese error en los Balcanes.

Estados Unidos respondió trabajando con la OTAN en los ataques aéreos que forzaron el fin de la guerra, aunque solo después de tres años.

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Debido a la experiencia de Albright como refugiada pedía al gobierno de Estados Unidos fuera una superpotencia y usara su influencia ante esta problemática buscando un internacionalismo musculoso, dijo James O’Brien, asesor senior de Albright durante la guerra de Bosnia.

En una ocasión la secretaria cuestionó a un jefe del Pentágono sobre por qué los militares mantuvieron a más de 1 millón de hombres y mujeres en armas si nunca las usaron. Por otro lado Albright adoptó una línea dura en un incidente de 1996 en el que aviones de combate cubanos derribaron dos aviones desarmados con base en Estados Unidos, diciendo: “Esto no son cojones, esto es cobardía”, usando la expresión en español.

Madeleine Albright nació en la antigua Checoslovaquia en 1937 y fue propuesta para ser la primera mujer secretaria de EU para ser confirmada en 1997 y ocupar su cargo oficialmente en 2001.

Una vez que terminaron los años de Clinton y la década de 1990, Albright se convirtió en un ícono para una generación de mujeres jóvenes que buscaban inspiración en su búsqueda de oportunidades y respeto en el lugar de trabajo.

A Madeleine Albright le gustaba decir: “Hay un lugar especial en el infierno para las mujeres que no se ayudan entre sí”.