ntes de morir, Desmond Tutu, el clérigo sudafricano que dedicó su vida a la lucha en contra del apartheid, había pedido que en lugar de la tradicional incineración, le hicieran una cremación sin llama o aquamación, un procedimiento que utiliza un 90% menos de energía que la cremación con llama y no emite ningún gas de efecto invernadero perjudicial, según el sitio de CNN en español.
El término científico para el procedimiento es “hidrólisis alcalina”, un proceso que involucra una “combinación de flujo de agua suave, temperatura y alcalinidad para acelerar la descomposición de los materiales orgánicos”, informa Bio-Response Solutions, una empresa estadounidense especializada en el proceso.
Además, la compañía asegura que “no hay emisiones directas de gases de efecto invernadero, no se usan combustibles fósiles y los familiares pueden recuperar el 20% de los restos orgánicos”.
¿Cómo funciona? El cuerpo se coloca en una cámara hermética llena de agua con productos alcalinos. La cámara se calienta y comienza a desintegrar el cuerpo hasta dejar solo huesos, explica la Cremation Association of North America (CANA), organización internacional sin fines de lucro dedicada a todo tipo de cremación.Ads by
Quién era Desmond Tutu
Nació en un pequeño pueblo sudafricano llamado Klerksdorp en 1931. Durante su infancia fue educado en escuelas misioneras de la región, donde su padre daba clases. Escaló en diferentes cargos eclesiásticos pero no fue hasta 1976 cuando comenzó su carrera como defensor de los derechos humanos, y él se levantó en contra de usar el afrikaans (idioma impulsado durante el apartheid) en los eventos parroquiales.
En 1978, Tutu aceptó el nombramiento como secretario general del Consejo Sudafricano de Iglesias. A partir de eso se convirtió en referente y símbolo de la lucha en contra del apartheid junto a Nelson Mandela, trabajo que fue reconocido años después por la comunidad internacional.
En 1984 recibió el Premio Nobel de la Paz y en 1996 fue nombrado arzobispo emérito. A partir de esa fecha dedicó su tiempo a defender los derechos humanos y ambientales a nivel internacional.
Uno de sus artículos más recientes titulado “This fatal complacency” publicado por The Guardian habla de la crisis ambiental y las consecuencias del cambio climático, especialmente en la población más pobre del planeta.
Escribió varios libros relacionados con la defensa de derechos humanos como The Divine Intention(1982), una colección de sus conferencias; Hope and Suffering(1983), una colección de sus sermones y; No Future Without Forgiveness(1999), una memoria de su tiempo como jefe de la Comisión de la Verdad y la Reconciliación.