Estas imágenes reflejan la impotencia de las autoridades del Estado más rico de Estados Unidos frente a Dixie, uno de los mayores incendios forestales de la historia de California. El balance provisional de daños es estremecedor: hay al menos 8 personas desaparecidas, dos localidades han quedado totalmente arrasadas, han ardido cerca de 200 000 hectáreas de bosque y monte bajo y miles de personas han tenido que ser evacuadas. Unos 5 000 efectivos luchan contra las llamas en múltiples frentes. Los bomberos dicen tener controlado algo más del 20% del incendio.
El gobernador del Estado, Gavin Newsom, ha visitado los restos calcinados de Greenville, una localidad cargada de historia, pues fue en su día fue el epicentro de la llamada fiebre del oro. Edificios históricos han quedado reducidos a cenizas y escombros.
Varios años de sequía y una intensa ola de calor están detrás de la peor temporada de incendios de la historia de California, con los campos y bosques resecos y repletos de yesca. La investigación preliminar sugiere que el incendio se inició tras caer un árbol sobre el tendido eléctrico.