Zuzana y Miroslav son dos estudiantes checos que viven en Praga. A los dos les gusta tomarse un buen café, pero les preocupa la cantidad de desechos de los cafés de llevar que han aumentado con los cierres de cafeterías, así que han inventado algo parecido a los barquillos de los helados.
Zuzana Zverova:
“La taza se produce principalmente a partir de salvado de avena y es ligeramente dulce y tiene el sabor de un buen bocadillo saludable”.
Al estudiar económicas en el Newton College de Praga, la pareja decidió crear su propia empresa.
Zuzana Zverova:
“El proyecto “Taza comestible” se creó en nuestra universidad cuando fuimos con amigos a tomar un café y vimos la cantidad de papel y plástico que utilizamos cada día. Decidimos vivir de forma más ecológica e inventamos la taza “beber y comer”.SPONSORED CONTENTEV Charge: Electric mobility accessible wherever and whoever you are!Total is committed and investing in the development of electric mobilityAd by Total
Sus primeros experimentos con la producción de vasos comestibles comenzaron hace dos años en la cocina de un pequeño apartamento. Les llevó más de un año encontrar la combinación adecuada de harina, almidón, levadura y huevos. El resultado es una taza con variedad de sabores que puede mantener el café o el té caliente durante 40 minutos, y que no se deshace ni siquiera después de 12 horas. La segunda etapa consistió en conseguir apoyo técnico y financiero para su proyecto.
Miroslav Myroncuk:
“La universidad técnica de Praga nos recomendó utilizar la subvención de la Unión Europea para ciencia e investigación, que nos ayudó a desarrollar nuestra tecnología de producción y también nuestra receta.”
El proyecto es ahora también un tema para su diploma. Las primeras tazas hechas con su receta se están produciendo en Bulgaria, porque la crisis del coronavirus retrasó su trabajo. Aun así, ya hay más de 50 cafés checos que utilizan sus sabrosas tazas ecológicas.