La Unión Europea y Estados Unidos han condenado este martes la sentencia a tres años y medio de cárcel para el opositor ruso, Alexéi Navalni, dictada por un tribunal de Moscú. Los países Occidentales han ido alzando la voz contra el fallo judicial que quita de la circulación al destacado activista, convertido en el crítico más feroz contra el presidente ruso, Vladímir Putin. El alto representante para política Exterior de la UE, Josep Borrell, que tiene previsto viajar a Moscú esta semana, ha recalcado que la condena a Navalni “va contra los compromisos internacionales de Rusia”. Tras reducirse parte de la pena que ya cumplió en su momento en arresto domiciliario, Navalni tendrá que cumplir dos años y ocho meses en una colonia penal (una cárcel en la que los reos deben trabajar, entre otras cosas), sentenciado por violar los términos de la libertad condicional impuesta en una sentencia de 2014 por no presentarse a las revisiones judiciales. Como el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, el jefe de la diplomacia europea ha incidido en un comentario en las redes sociales en que ese caso que motivó la sentencia de hace seis años, va contra el veredicto del Tribunal Europeo de Derechos Humanos, que lo consideró “arbitrario e injusto” y que condenó a Rusia a indemnizar al opositor. El caso, sin embargo, siguió vivo para la justicia rusa.
Blinken, que lleva solo unas semanas en el cargo, nombrado por el presidente Joe Biden, se ha mostrado “consternado” por la decisión del tribunal moscovita. “Incluso mientras trabajamos con Rusia para promover los intereses de Estados Unidos, nos coordinaremos estrechamente con nuestros aliados y socios para responsabilizar a Rusia por no defender los derechos de sus ciudadanos”, ha dicho Blinken. La ministra de Exteriores de España, Arancha González Laya, también ha exigido la liberación del activista.
El presidente francés, Emmanuel Macron, calificó de “inaceptable” la condena de Navalni y exigió su “liberación inmediata”. “Un desacuerdo político no es jamás un crimen”, ha dicho. “El respeto de los derechos humanos, como de la libertad democrática, no son negociables”, tuiteó el mandatario francés. Poco antes, ante la Asamblea Nacional, su ministro de Exteriores, Jean-Yves Le Drian, se había manifestado en similares términos. El jefe de la diplomacia francesa también condenó las detenciones “arbitrarias, colectivas y preventivas” realizadas los dos últimos fines de semana de protestas en Rusia y dijo que París ha “constatado una deriva autoritaria inquietante” de Rusia, informa Silvia Ayuso.
El Gobierno ruso, que durante años ha tratado de ignorar la existencia de Navalni, ha defendido el proceso contra el opositor y ha advertido a Occidente de que no interfiera en la política interna rusa. El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, ha insistido en que no admitirá “sermones” sobre el tema. Una portavoz del Ministerio de Exteriores de Rusia, María Zajárova, ha cargado contra la quincena de diplomáticos occidentales que han acudido al juicio contra el activista como observadores, y les ha acusado de injerencia y de intentar “ejercer presión psicológica” sobre la juez del caso.
La condena de este martes supone un desafío reiterado a los llamamientos occidentales que exigían la liberación del opositor y las protestas multitudinarias que han sacudido Rusia desde que el opositor fue arrestado, nada más regresar de Alemania, donde se recuperó de un envenenamiento que casi le cuesta la vida y tras el que el líder opositor y los países occidentales ven la mano de Rusia. La sentencia asesta un duro golpe a Navalni, que ha logrado unificar a una gran masa social en torno a su caso y al descontento ciudadano generalizado por la crisis, la desigualdad y la corrupción, y que había abierto el combate con el partido de Gobierno, Rusia Unida, a quien pretendía derrocar en las próximas elecciones parlamentarias de septiembre.
Sus partidarios han llamado a elevar la presión sobre el Kremlin y a una nueva oleada de protestas, pese a la dura represión de las movilizaciones. Este martes por la noche, a pesar del frío, unas cuantas decenas han salido a la calle en repulsa de la condena en el centro de la capital rusa, totalmente blindado y con un enorme despliegue policial. “Entendemos que todo esto no ha hecho más que empezar y sabemos cuál es nuestra tarea”, ha recalcado en Facebook Leonid Volkov, quien fue jefe de campaña de Navalni en su intento de concurrir a las elecciones presidenciales en 2018, es de los pocos aliados del opositor que no está en arresto domiciliario y solo porque está fuera de Rusia. “Todo el país vio lo asustado que estaba Putin, lo lamentable y débil que es, lo que está dispuesto a hacer para proteger su olla de oro robado”, ha señalado Volkov.
También el ministro de Exteriores alemán, Heiko Maas, ha pedido la liberación inmediata de Navalni y ha calificado el procesamiento del opositor como arbitrario. “El veredicto contra Alexéi Navalni es un duro golpe contra las libertades fundamentales y el estado de derecho en Rusia”, ha escrito en Twitter el titular de Exteriores de Alemania, país a dónde el opositor fue trasladado en coma este verano gracias a la mediación de la canciller, Angela Merkel, y donde fue tratado del grave ataque con una neurotoxina de uso militar hasta que se recuperó. Los laboratorios alemanes fueron los primeros en determinar, tras los análisis a Navalni, que el opositor había sido envenenado con Novichok, la misma sustancia que se empleó contra el exespía ruso Serguéi Srkipal y su hija en Reino Unido en 2018, un ataque por el que la inteligencia británica identificó a miembros de uno de los servicios secretos rusos.
El envenenamiento de Navalni ya derivó el pasado octubre en sanciones de la UE contra varios funcionarios del círculo más íntimo de Putin. Bruselas señala que el ataque no pudo hacerse sin conocimiento del Kremlin porque además los servicios secretos rusos seguían desde hace años al opositor. Lituania, uno de los países más críticos con Moscú dentro del seno de la Unión Europea, ha reclamado más sanciones contra el Gobierno ruso. “El diálogo entre la Unión Europea y Rusia ahora solo es posible en el lenguaje de las sanciones”, ha declarado el ministro de Exteriores lituano, Gabrielius Landsbergistras. “Si la comunidad no se apresura, Lituania considerará sus propias sanciones nacionales”, ha añadido.
Desde el Reino Unido, el secretario de Estado para Asuntos Exteriores, Dominic Raab, ha pedido también la liberación “inmediata e incondicional” de Navalni “y de todos los manifestantes pacíficos y periodistas arrestados durante las últimas dos semanas”. “El perverso fallo de hoy, dirigido a la víctima de un envenenamiento en lugar de a los responsables, muestra que Rusia no está cumpliendo con los compromisos más básicos que se esperan de cualquier miembro responsable de la comunidad internacional”, ha declarado el responsable británico de Exteriores.