California ha registrado medio millón de casos de coronavirus en las últimas dos semanas y podría tener casi 100.000 hospitalizaciones el próximo mes.
El gobernador Gavin Newsom reconoció el lunes que un modelo de proyección estatal muestra ese rango de hospitalizaciones, y señaló que probablemente extenderá su orden de quedarse en casa para gran parte del estado.
El doctor Mark Ghaly, secretario de Salud y Servicios Humanos de California, dijo que el estado teme que algunos hospitales “superen su capacidad prevista para incrementos repentinos que actualmente tienen planeada”.
En respuesta, el estado está actualizando su guía de planeación sobre cómo los hospitales racionarán la atención si no todo el mundo puede recibir el tratamiento que necesita, dijo Ghaly. Aún espera evitar llegar a esa fase por medio de un incremento en el personal, de los hospitales temporales y de la ayuda mutua con regiones que podrían tener invaluables camas disponibles.
Algunos de los casos que inevitablemente acabarán en los saturados hospitales ya están en proceso de ir a parar allí con base en los 525.000 casos que el estado ha registrado en las últimas dos semanas. Se anticipa que 12%, o 63.000 personas, probablemente terminen en el hospital.
Newson dio la sesión informativa del lunes desde su casa al comenzar el domingo una cuarentena de 10 días por segunda vez en dos meses después de que un miembro de su personal diera positivo al coronavirus.
Al gobernador le hicieron la prueba y salió negativo, al igual que las pruebas de otros empleados que estuvieron en contacto con la persona.
El mes pasado, miembros de la familia del gobernador estuvieron expuestos a alguien que dio positivo al virus. En aquel momento, Newsom, su esposa y sus cuatro hijos dieron negativo.
Para el domingo, más de 16.840 personas estaban hospitalizadas con infecciones de COVID-19 confirmadas, más del doble que el pico previo en julio.
Más de 3.610 pacientes con COVID-19 se encuentran en unidades de cuidados intensivos. Todo el sur de California y los 12 condados del valle de San Joaquín han agotado su capacidad actual de cuidados intensivos, y algunos hospitales han comenzado a usar espacio “previsto para incrementos repentinos’.