NUEVA YORK.- Para fundamentar su escepticismo, quienes creen que el coronavirus no se propaga a través del aire -incluidos varios expertos que asesoran a la Organización Mundial de la Salud (OMS)- siempre argumentaron que faltaba una evidencia crucial: pruebas de que las microgotas respiratorias que flotan en el aire, llamadas aerosoles, pueden contener virus activos y contagiosos, y no solo fragmentos de su material genético.
Ahora, un equipo de virólogos y científicos expertos en partículas aerosolizadas han obtenido precisamente eso: la confirmación de la presencia del virus activo en el aire.Coronavirus: la incógnita sobre los protegidos que no tuvieron contacto con el virus
“Es lo que todos reclamábamos”, dice Linsey Marr, experta en virus de transmisión aérea, quien no participó del estudio. “Es evidencia inequívoca de la aerosolización del virus activo”.
Un equipo de investigadores de la Universidad de Florida logró aislar el virus vivo en aerosoles recogidos a una distancia de entre dos y cinco metros de pacientes hospitalizados con Covid-19, o sea más allá de los dos metros recomendados de distanciamiento social.
El hallazgo, publicado online la semana pasada, todavía no ha pasado por el proceso de “revisión de pares”, pero ya ha causado revuelo en la comunidad científica. “Es un arma humeante. Si con esta prueba no alcanza, no sé qué quieren”, tuiteó Marr la semana pasada.
Pero algunos expertos dicen que todavía no está claro que la cantidad de virus encontrada en los aerosoles sea suficiente para contagiar.
La investigación fue muy delicada y rigurosa. Los aerosoles son diminutos por definición -hasta un máximo de 5 micrómetros de diámetro-, y la evaporación los reduce aún más. Por eso todo intento de capturar esas delicadas microgotas aerosolizadas suele dañar o destruir su contenido viral.
“Es muy difícil obtener muestras de material biológico del aire, y que sean científicamente viables”, dice Shelly Miller, ingeniera ambiental de la Universidad de Colorado Boulder, que investiga la calidad del aire y las enfermedades aerotransportadas.
“A la hora de recolectar muestras de material biológico hay que ser muy cuidadoso, porque tienen que ser lo más parecidas posible a lo que realmente inhalamos“, dice Miller.
En el nuevo estudio, los investigadores desarrollaron un dispositivo de muestreo que usa vapor de agua destilada para “engordar” los aerosoles y así puedan ser recolectados fácilmente del aire. En vez de dejar que esos aerosoles se depositen, el dispositivo los transfiere de inmediato a un líquido rico en sales, azúcares y proteínas para mantener vivo el patógeno.
“Estoy impresionada”, dice Robyn Schofield, química atmosférica de la Universidad de Melbourne, que se dedica a medir los aerosoles oceánicos. “Es una técnica de muestreo muy inteligente”.
Como editora de la revista Atmospheric Measurement Techniques, Schofield está familiarizada con las opciones disponibles, pero no conoce ninguna equiparable con la usada por el nuevo estudio.Enrique Peña Nieto, acusado de recibir US$ 4,4 millones en coimas de Odebrecht
Los mismos investigadores ya habían usado ese método para recolectar muestras de aire de las habitaciones de hospital. Pero en esas muestras, otros virus respiratorios que flotaban en el ambiente se reprodujeron a mayor velocidad y dificultaron la tarea de aislar el coronavirus.
La metodología
Esta vez, el equipo recolectó muestras de una habitación en una guardia dedicada a pacientes de Covid-19 en el Hospital de Salud Shands de la Universidad de Florida. Ninguno de los pacientes internados había sido sometido a procedimientos médicos generadores de aerosoles, que según la OMS y muchos expertos, son las principales fuentes de contagio aéreo en un ambiente hospitalario.
El equipo usó dos equipos de muestreo, uno colocado a dos metros de la cama y el otro a unos cinco metros. Los científicos lograron recolectar virus a ambas distancias y también demostrar que el virus juntado en el aire podía infectar células vivas en laboratorio.
La secuencia genómica del virus aislado fue idéntica a la obtenida del hisopado del paciente con síntomas recientemente internado en esa habitación.
Cada seis horas se hacía el recambio de aire forzado de esa habitación, que además contaba con eficientes filtros de aire, irradiación ultravioleta y otras medidas de seguridad destinadas a desactivar al virus antes de reintroducir aire fresco en la habitación.
Tal vez por eso los investigadores solo hallaron 74 partículas virales por litro de aire, dice John Lednicky, virólogo en jefe del equipo que realizó el estudio en la Universidad de Florida. Los interiores mal ventilados -como las escuelas- podrían acumular cantidades mucho mayores de virus aerotransportado, advierte el científico.
Dudas
Pero otros expertos dicen que es difícil extrapolar esos hallazgos para estimar le riesgo de contagio de un individuo. “Dudo que esas cantidades de virus alcancen para que alguien se contagie”, dice Angela Rasmussen, viróloga de la Universidad de Columbia, Nueva York.
“La única conclusión que saco de este estudio es que el virus obtenido del aire es cultivable en laboratorio”, dice. “Pero no es poca cosa.”
Muchos expertos remarcan que el virus puedo ser recolectado a mayor distancia que los dos metros de distanciamiento físico recomendados. “Ya sabemos que en interiores, esas reglas de distanciamiento ya no valen”, dice Schofield, y agrega que los aerosoles tardan unos cinco minutos en atravesar un ambiente cerrado.
El hallazgo también debería alentar a la gente a extremar las precauciones contra el contagio por aire, como ventilar mejor los ambientes, dice Seema Lakdawala, experta en virus respiratorios de la Universidad de Pittsburgh.Coronavirus: los bloqueos se agudizan en Bolivia y amenazan con agravar la crisis sanitaria
“Ya todos sabemos que este virus se transmite de muchas maneras, pero seguimos insistiendo solamente con algunas formas de contagio”, dice Lakdawala.
Junto a otros expertos, la científica advirtió un aspecto extraño de este nuevo estudio: el equipo informó haber encontrado tanto ARN viral como virus activos contagiosos, pero otros estudios con métodos diferentes por lo general detectan 100 veces más de material genético que de virus activos.
“Cuando se hace un hisopado o se toma una muestra clínica, hay mucho más ARN que virus contagioso”, dice Lakdawala.
Lednicky y sus compañeros recibieron emails y llamados de investigadores de todo el mundo con inquietudes sobre ese punto, y prometió revisar sus cálculos para estar seguro. De todos modos, Lednicky recalca que la cifra exacta no tiene importancia. “Podemos cultivar el coronavirus recogido del aire: la lección importante que aprendimos es esa”.
The New York Times
Traducción de Jaime ArrambidePor: Apoorva Mandavilli