Los resultados aún no se conocen y sin embargo la orden está dada. El Serum Institute de la India, la empresa de vacunas más grande del mundo, alista sus máquinas para producir 500 dosis por minuto -algo que ya inició, asumiendo a su propio riesgo la producción de la vacuna de Oxford-. La farmacéutica es controlada por una familia pequeña y muy rica del país asiático, que comenzó su fortuna primero con la cría de caballos pero que ahora se destaca en el sector de la medicina. Y recibe por ello los llamados de los presidentes de todo el mundo.
Quien atiende el teléfono es Adar Poonawalla, director ejecutivo de la firma y el único hijo del fundador de la compañía que en abril, tras concretar un acuerdo con la Universidad de Oxford, anunció que iba a comenzar las tareas incluso antes de que finalizaran los ensayos clínicos. Y cuando atiende, debe ser sincero.
“Tuve que explicar a cada uno que no puedo darles las dosis así como así”, explicó Poonawalla de acuerdo con lo publicado por el diario The New York Times. A sus 39 años, este indio se encuentra en un lugar que quizá nunca creyó iba a estar. Tironeado por los gobiernos de todo el mundo, que necesitan de una solución a una crisis sanitaria que destrozó las economías, sabe también que su país fue aplastado por la pandemia, que ya causó más de 1.700.000 enfermos y más de 37.000 muertes, y que lo tiene que ayudar. Según dice, dividirá los cientos de millones de dosis de vacunas: brindará la mitad a la India y la otra mitad al resto, pero con un enfoque en los países más pobres.Ads by
“Muy pocas personas pueden producir a este costo, a esta escala y a esta velocidad”, añade y cuenta que estima que en esta producción está invirtiendo cerca de 450 millones de dólares. También aclara que no sabe si va a recuperar todo lo invertido, sin embargo destaca que sentía la obligación de correr este riesgo: “Sentimos que este era nuestro momento”.
Pero a diferencia de otras empresas farmacéuticas que firmaron contratos con investigadores de diferentes institutos para producir vacunas, Serum tiene una ventaja: está comandada por una sola familia, lo que hace de la gestión algo más simple. Son pocos los que toman las decisiones y por ello lo hacen de manera rápida. Así, de esta forma, decidieron, por ejemplo, no comprometerse con préstamos de ningún tipo: es la propia compañía, cada año produce 1500 millones de dosis de otras vacunas, la que asume el costo de producción. Quizá, guiada por la esperanza. Poonawalla, quien solo trabaja codo a codo con su padre, Cyrus, un criador de caballos, declara estar entre “70 y 80 por ciento” seguro de que la vacuna de Oxford va a funcionar.
La historia
Hace más de 50 años el Instituto del Suero no era esto. No. Era apenas un cobertizo en una granja de caballos de pura sangre. Hasta que un día Poonawalla padre se dio cuenta de que en lugar de donar caballos a un laboratorio que necesitaba su suero para producir vacunas, podía inyectar a sus animales pequeñas cantidades de toxinas y luego extraer su suero, rico en anticuerpos, y ya después procesarlo para producir él mismo las vacunas.
La primera fue en 1967. El tétano. Luego vinieron los antídotos para mordeduras de serpientes, las inyecciones para tuberculosis, hepatitis, polio y gripe. Desde Pune, su ciudad natal, en el estado occidental de Maharashtra de la Inda, Poonawalla construyó un imperio a base de mano de obra barata y tecnología avanzada.
Firmó contratos con Unicef, la Organización Panamericana de la Salud y decenas de países, muchos de ellos pobres, alcanzó una plantilla de 500 trabajadores y acumuló una fortuna que ya supera los 5 mil millones de dólares. De hecho, en su país son conocidos más por ser dueños de un palacio maharajá, de muchos autos de lujos, como Rolls-Royces y Ferraris, que por fabricar vacunas que salvan vidas.
Y esperan que el éxito se replique. Los resultados de los ensayos iniciales de la vacuna diseñada por Oxford mostraron que activaba niveles de anticuerpos similares a los observados en pacientes que tuvieron Covid-19 y se recuperaron, lo que se considera una muy buena noticia. Para cuando terminen las pruebas, aproximadamente noviembre según las previsiones, Serum espera haber almacenado 300 millones de dosis para uso comercial.