En la pantalla se ve una escena de edificios de los que salen llamas. “Los Angeles está ardiendo” dice el periodista sobre el terreno. De inmediato aparece otra imagen. En medio de la noche, un coche patrulla de la policía de Nueva York está ardiendo. “Esto sucede en Union Square”, señala el conductor del programa de la CNN. Eso es el centro de Manhattan, un sábado por la noche.
Imágenes similares aparecen en la pantalla de otras ciudades. Miami, Salt Lake City (la ciudad de los santos), Washington DC, Filadelfia, Atlanta. Dicen que son más de treinta. El pillaje también llega a Seattle. En todo el país. Esta es la quinta noche de agitación en Estados Unidos después de que el lunes muriera el afroamericano George Floyd tras ser detenido por la policía de Minneapolis .
George FLoyd
“No puedo respirar” se ha convertido en el lema de las protestas
La dolorosa visión de un vídeo en el que el agente blanco Derek Chauvin, ahora detenido y acusado de ese crimen, estuviera casi nueve minutos presionando la garganta de Floyd, que gritó “no puedo respirar” mientras tuvo fuerzas. Ahí está en el origen de todo esté levantamiento social, una vez más. Otro nombre en la lista.
Ese lamento del “no puedo respirar”, eco de la misma frase que Eric Garner suspiró en Nueva York hace seis años, se ha convertido en el lema de protesta a nivel nacional. La rabia se ha propagado como la pólvora. Desde el jueves, las policías de 17 ciudades han realizado más de 1.400 detenciones.
“¿Dónde está el liderazgo?”, se plantea Don Lemon en la CNN. “Estados Unidos en caos, esto es apocalíptico, muchas ciudades están ardiendo y nada de liderazgo”, insiste. Lo dice con imágenes de saqueos en Los Angeles.
“Este es uno de los días más oscuros de nuestra ciudad”, afirma Michael Moore, jefe de la policía Angelina con edificios ardiendo de fondo, a pleno día soleado. “Los dueños de estos negocios han sufrido para sobrevivir a la pandemia, a la obligación de cerrar, y ahora les incendian su local”, lamenta. El alcalde Eric Garcetti solicitó la ayuda de la guardia nacional ante la escalada de la violencia.
Más de una decena de ciudades establecieron el toque de queda ante la amenaza destructiva de las manifestaciones. Varios estados desplegaron la guardia nacional. La atención estaba en Minneapolis, la zona cero de este nuevo capítulo en la crisis racial que vive este país desde su fundación, herencia de la esclavitud.
El despliegue de los militares en la ciudad de Minnesota ofreció momentos de confrontación y de gases lacrimógenos cuando intentaban imponer el toque de queda. A diferencia de las 72 horas precedentes, la presencia policial resultó intimidante. “Una vez que ha empezado el toque de queda ha desaparecido la multitud, no hay saqueos ni incendios”, explicó Ali Velshi en directo en la MSNBC ya entrada la noche. A pesar de todo no faltó algún incendio. Hubo unos cuantos arrestos, sin precisar el número.
Si estas imágenes de revueltas se produjesen en otro país, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, metería el dedo en la herida y diría una de sus frases habituales: “Fijaos cómo están ahí mientras nosotros tenemos la mejor economía del mundo”.
Pero esta vez sucede en EE.UU. Y, además, la mejor economía del mundo se ha derrumbado por el coronavirus. La muerte de George Floyd está retratando a un presidente y a un país en el que la discriminación racial y económica hace que cada vez sea más difícil la convivencia para muchos ciudadanos a pesar de la retórica triunfalista de la Casa Blanca.
Trump estuvo este sábado en Florida para el lanzamiento del Space X, el primer cohete de fabricación nacional que se lanza desde terreno nacional en casi dos décadas. En su Twitter remarcó este logro. “Los momentos de más orgullo para el país están por venir”, tuiteó. “En los próximos años, Estados Unidos será más grande, audaz, irá más lejos y más rápido, y Estados Unidos será el primero”, insistió.
De la crisis actual sólo tuvo palabras de ánimo dedicadas a la policía de Nueva York -nada para los neoyorquinos, que le aprecian poco-, a pesar de que corrió un vídeo en el que aparentemente un coche patrulla arremetió contra manifestantes. La legisladora Alexandria Ocasio-Cortez dedujo que esa acción podría haber costado vidas y pidió al alcalde Bill de Blasio que se haga justicia.
Trump también se felicitó por el despliegue de los militares en Minneapolis. Esta circunstancia la aprovechó para sacar su rédito político personal cargando contra el alcalde, Jacob Frey, al que acusa de ser un “débil demócrata de izquierda”. Ningún pensamiento dedicado a los ciudadanos ni al verdadero problema del racismo.
Hay que hacer campaña. Antes de volar a Florida, los periodistas le preguntaron al presidente sobre la situación de tensión y su postura. “MAGA (iniciales en inglés de su lema Hacer América Grande de Nuevo) ama a los negros”.