Nos quedamos sin viajar en Semana Santa y en el puente de mayo por culpa del coronavirus (seguramente ahora estaríamos disfrutando de una escapada primaveral), pero no nos resistimos a soñar con las vacaciones de verano. Cuando empezamos a ver una tenue luz al final del túnel, las ganas de hacer planes de futuro no se han hecho esperar; sin embargo, la ilusión topa con la incertidumbre.
El anuncio del plan de desescalada del Gobierno, basado en cuatro fases de dos semanas y por provincias, ha provocado algunas confusiones y muchos interrogantes en la opinión pública sobre cuándo podremos quedar con amigos o visitar a familiares o en qué momento será posible ir al monte, a la playa o salir a cenar. Pero la gran pregunta es ¿cuándo podremos empezar a viajar? ¿podremos hacerlo en verano? La respuesta a este último interrogante es -por el momento- sí.
Cualquier decisión irá condicionada a la evolución de la pandemia en el territorio, lo que podría suponer que en un momento dado las limitaciones de movilidad en dos provincias limítrofes sean distintas. Cuatro territorios insulares: Formentera, El Hierro, La Gomera y La Graciosa serán los primeros destinos españoles que iniciarán las fases de desconfinamiento. Pero ¡ojo! esto no significa que estén en disposición de recibir a turistas. Para hacerlo, deberán superar cada una de las etapas previstas por el Ejecutivo.
De la fase 0 a la ‘nueva normalidad’
De la apertura de hoteles a viajar por España
El plan que incluye una fase 0 que alcanza del próximo lunes, 4 de mayo, hasta el día 10. Esta etapa no incorpora cambio alguno a las condiciones de confinamiento que hemos vivido desde el 14 de marzo y, por lo tanto, en materia viajera, no hay ningún aspecto que requiera mención especial. En otras palabras, deberás permanecer en tu municipio limitándote a pasear o a pasar el tiempo en casa con alguna de tus actividades preferidas… ¿Y por qué no preparando el próximo viaje?
Fase 1: movilidad dentro de la provincia y apertura de hoteles
Superada la semana de “preparación”, la mayoría de los españoles -a excepción de los residentes en las islas mencionadas- entraran en la fase 1, que se iniciará el lunes 11 de mayo y finalizará -si no hay contratiempos- dos semanas después. Durante este periodo podrás desplazarte libremente por tu provincia de residencia. Si lo deseas, podrás salir de tu localidad e ir a cualquier otro pueblo o ciudad -de playa o montaña- que no supere este límite territorial.
Los hoteles y alojamientos turísticos abrirán sus puertas con ciertas restricciones. En otras palabras, podrás hospedarte en cualquier establecimiento de tu provincia pero, por ejemplo, no podrás acceder al restaurante ni a las zonas comunes. Sí en cambio, encontrarás terrazas en las que airearte o disfrutar de espectáculos culturales de menos de 30 personas y museos con un aforo reducido.
Fase 2: viajar a la segunda residencia (si está en tu misma provincia)
En esta fase que, como la anterior, se prolongará una quincena, podrás viajar y pernoctar en tu segunda residencia, si dispones de ella, siempre y cuando esté en una población de la misma provincia en la que vives.
Se relajarán suavemente las pautas de actuación y abrirán sus puertas los locales interiores de bares y restaurantes y los restaurantes de hotel, con una limitación del 30% del aforo. Recuerda, sin embargo, que, como en la fase anterior, sólo podrás desplazarte a establecimientos intraprovinciales.
La apertura de cines, teatros, monumento y salas de exposiciones se hacen realidad, siempre con aforo limitado.
Fase 3: apertura de playas con condiciones
A medida que pasaban las semanas y las temperaturas empezaban a experimentar leves ascensos, uno de los grandes interrogantes era saber si podríamos ir a la playa. Todo apunta que sí. El calendario “ideal” del plan del Gobierno establece que en la fase 3, que podría coincidir con el inicio del verano, las playas se abrirán al público de acuerdo a una serie de condiciones de seguridad y distanciamiento que, sin embargo, todavía no se han detallado.
La restauración reducirá las restricciones de aforo, aunque mantendrá una separación entre comensales estricta, mientras que iniciarían su actividad discotecas y locales nocturnos con aforos que no superen el 30%.
Fase final: viajar por España
Superada la fase 3, los planes del Gobierno estiman que si no hay contratiempos, a finales del mes de junio se alcanzaría la “nueva normalidad”. En este periodo, acabaría el confinamiento provincial, por lo que se podrían realizar viajes a toda España. Esto permitiría hospedarse en establecimientos hoteleros o alojamientos turísticos del territorio o en las segundas residencias ubicadas en cualquier localidad. En la proyección más optimista, el horizonte estaría en el 22 de junio.
Por lo que respecta a los viajes de ocio al extranjero, todavía no es posible saber las fechas en las que se reestablecerán. Todo depende de la evolución de la pandemia y de las medidas que plantee la Unión Europea para ir recuperando la normalidad, aunque las vacaciones de verano en el extranjero están prácticamente descartadas. Algunas fuentes apuntan que los viajes internacionales no se recuperarán realmente hasta 2021.
Así viajaremos tras el coronavirus
De lo que sí estamos convencidos es de que viajar no volverá a ser como antes. En el futuro, mascarillas, guantes y geles desinfectantes nos acompañaran en los periplos e incorporaremos nuevos protocolos para evitar contagios.
En los próximos meses, el protagonismo lo adoptarán los destinos de proximidad dentro de la Península, especialmente poco masificados y en espacios naturales o en entonos sostenibles, porque la prioridad del viajero será la salud. En el periodo más inmediato se plantea una oportunidad para los establecimientos rurales.
Los hoteles ya trabajan para dar respuesta a las nuevas exigencias post Covid-19. Entre las novedades que encontraremos cuando reemprendamos los viajes destacarán la incorporación de procesos que eviten el contacto, por lo que la tecnología adquirirá mayor protagonismo, con check-in online o el uso de robots para determinadas tareas, desinfecciones continuas, redistribución de espacios comunes, la desaparición de los bufetes libres en los desayunos o la oferta de nuevas amenities como mascarillas.
Los medios de transportes no quedarán atrás. Algunas aerolíneas ya han puesto en marcha iniciativas preventivas que, con el tiempo, se acentuarán y generalizarán. Además de profundas desinfecciones, será habitual la reducción del número de pasajeros por vuelo, el bloqueo de asientos para garantizar la distancia social, la toma de temperatura y las pruebas de sangre previas al embarque -Emirates las realiza desde hace algunas semanas-, la prohibición del equipaje de cabina, o la sustitución de los actuales uniformes del personal a bordo por equipos de protección individual.
Lo cierto es que el coronavirus cambiará nuestros viajes, pero, de lo que estamos seguros es de que volveremos a viajar.