En esta cuarentena, he indagado más sobre la vida política de la señora Margarita María Cedeño Lizardo, pese a tener control de la información política del país, no está demás, estudiar los políticos individuales. Siempre lo he hecho y me gusta escribir sobre ellos.
En esta ocasión, mi personaje es Margarita Cedeño y solo quiero opinar algunas acciones ambiciosas y desmedida de su parte, desde que se convirtió en primera dama, por allá, en el 2004.
En una entrevista en el programa radial “El Sol de la Mañana”, Cedeño dijo algo que me dejó estupefacto, por lo menos a mí, ante aquella revelación, cuando dijo que fue Danilo Medina que la introdujo a la política, en aquel primer gobierno del Partido de la Liberación Dominicana en el 1996. Me extrañó que esperara tanto tiempo para decirlo, pero bien, lo dijo. No se puede esperar mucho de personajes así.
Cedeño, quien se ha creído el “cuento” de algunas encuestas que la posicionan como la figura más popular del PLD y entre la mejor valorada del país, déjeme decirle que eso, no es así. Danilo Medina y Leonel Fernández controlaban ese partido, con la salida de uno, el otro se hizo rey absoluto.
Margarita Cedeño, astuta, porque debo de reconocerlo, desde que asumió el despacho de primera dama, inició sus aspiraciones a la presidencia de la República.
Su figura, ha sido construida a base del presupuesto del Estado, destinados a obras sociales que ella controla y eso, no es difícil de hacerlo, claro, hay que tener carisma y ella tiene, aunque su nivel de popularidad, ha estado en caída libre en los últimos meses.
Todo el que tiene presupuesto y se busca asesores, sabe que no es tan difícil vender una imagen. Lo que nadie sabe, hasta cuando se podrá mantener esa imagen. En el caso de Margarita, ella duró ocho años como primera dama, con un presupuesto nunca visto en la historia dominicana destinado a su despacho.
Con su ambición desmedida, no desmayó en sacarle el mayor provecho en eso ocho años como primera dama, que tanto fue así, que la llevó a querer competir con Danilo Medina por la candidatura presidencial del PLD en el 2012. ¡Vaya usted a creer!
Pero su astucia fue más allá. Sabiendo ella, que su “esposo”, Leonel Fernández no sería candidato presidencial, se vendió como la única que representaba los intereses políticos de su marido en una gestión de Danilo Medina y logró su cometido. Fue escogida como candidata vicepresidencial y luego repitió en el 2016 y ahora, nuevamente, quiere serlo. Si eso, no es ser ambicioso, que alguien me explique, cómo se llama.
Lo que no hecho, su ambición desmedida de Margarita, es crear un liderazgo político a base al trabajo político, todo lo que ha conseguido, ha sido bajo la sombra y montada en el caballo de plataformas y estructuras políticas ajenas, porque su vagancia y deslealtad, no le ha permitido tener su propio equipo político a nivel nacional.
El liderazgo político de Margarita Cedeño está sustentado en un castillo de arena, porque ni vale para la gente de Leonel Fernández, pero mucho menos, para la gente de Danilo Medina. Su fin está cerca, pero muy cerca y ella, ni se ha dado cuenta.