Un envase, muchas vidas
El ciclo de vida de un envase está definido por su diseño y cometido, y conlleva diversas etapas como son la extracción de materias primas y su transporte, los procesos de fabricación del envase y su llenado, las diferentes operaciones logísticas y distribución y, finalmente, el consumo del producto y la gestión de los residuos del envase.
El ecodiseño afronta cada una de las etapas de ese ciclo vital desde el punto de vista de la economía circular, con el objetivo de que ninguna de ellas repercuta negativamente en el medio ambiente.Pesan menos, se hacen con menos materia prima y menos plástico, son mucho más reciclables y se llenan, transportan y almacenan mejor. Son los envases creados con ecodiseño y, sin duda, son más inteligentes que sus predecesores, porque son más respetuosos con los ecosistemas que la Tierra necesita para sustentar la vida.
Tal y como define la norma ISO 14006, que certifica productos y servicios de diseño ecológico, el ecodiseño sirve para promover «la integración de aspectos ambientales en el diseño y desarrollo del producto con el objetivo de reducir los impactos ambientales adversos a lo largo de todo el ciclo de vida de un producto».
Así, el medio ambiente pasa a ser un factor de primer orden en la toma de decisiones de todo el proceso, desde la concepción del envase –que determinará hasta un 80 % de su impacto medioambiental– hasta su eliminación o reaprovechamiento. Las directivas europeas son claras: por un lado, deberemos reciclar hasta el 55% de los residuos municipales para 2025 y el 65% de los envases domésticos –en España estamos en un 78,8%, superando objetivos–. Por otro, en 2030 todos los envases de plástico deberán ser reciclables y las botellas de plástico, incorporar un 30% de material reciclado.
Grandes pasos con asesoramiento
Muchas son las empresas que están haciendo interesantes progresos en ese campo. En nuestro país, desde 1999 son asesoradas y acompañadas por Ecoembes, la organización sin ánimo de lucro que cuida el medio ambiente a través del reciclaje de los envases de los contenedores amarillos y azules. Hoy se ha conseguido, entre otras cosas, que el peso de las botellas de agua se haya reducido un 18%, el de los envases de yogur un 21% y el de las latas de aluminio hasta un 20 %.
Los beneficios ambientales de las 48.000 iniciativas de ecodiseño implementadas en nuestro país son evidentes: en 20 años se han ahorrado 528.700 toneladas de materias primas y se ha evitado la emisión de 1.430.500 toneladas de CO2. Para incrementar esas cifras en lo posible, hay muchas iniciativas en marcha. Desde Unilever, por ejemplo, nos cuentan que Dove “ha sustituido sus envases por botellas de plástico 100% reciclado, lo que, junto con el lanzamiento de pastillas de jabón sin envoltorios de plástico, contribuirán a reducir considerablemente los residuos plástico para 2025”. Además, están testando un nuevo desodorante recargable para reducir al máximo el uso de plástico. Es solo una de las más de cien iniciativas que la multinacional, que agrupa grandes marcas de salud y belleza, ha lanzado recientemente.
Por su parte, en PepsiCo, otra multinacional, esta dedicada a la comercialización de aperitivos y bebidas, trabajan para que los plásticos, siguiendo las premisas de la economía circular, nunca se conviertan en residuos. «Queremos reducir la cantidad de plástico que utilizamos, reciclar el plástico posconsumo y reinventar la forma en la que los consumidores interactúan con nuestros envases», aseguran fuentes de la compañía. Para ello, en 2025 el 100% de sus envases será reciclable o biodegradable, incrementarán el 25% de contenido de material reciclado (en 2030 quieren aumentar ese porcentaje hasta un 50%) y reducirán en un 35% el contenido de plástico virgen en toda su gama de bebidas. Y desde AMC Natural Drinks nos explican que su división científica forma parte de un pionero proyecto de investigación europeo, Life-Citruspack, para crear envases a partir de fibra de las pieles de las frutas. «En 2021 esperamos tener en el mercado la primera biobotella 100% compostable hecha a partir de pieles de naranja y de almidón de patata y maíz», afirman.
La era del bio-bio
Todo apunta a que el ecodiseño, algo crucial en las estrategias de innovación de las empresas, nos permitirá obtener en un futuro cercano un envase sin apenas impacto ambiental y hecho de materiales que no dejen rastro. En ello trabajan los investigadores de TheCircularLab, el primer centro de innovación sobre economía circular de Europa, creado por Ecoembes en 2017, que el pasado año presentó un nuevo material de origen vegetal que es compostable y biodegradable en el entorno marino. Se trata del denominado plástico bio-bio, con el cual se pueden fabricar botellas y bandejas para alimentación y bebidas y que se espera pueda comercializarse próximamente.
«Si un producto no puede reducirse, reutilizarse, repararse, reconstruirse, restaurarse, revenderse, reciclarse o compostarse, debería restringirse su uso, rediseñarse o retirarse de la producción», dijo el cantante y activista Pete Seeger. Esa es la idea, hacia ahí vamos.