El difunto financiero estadounidense Jeffrey Epstein, acusado de tráfico sexual de menores, tenía una extraña pintura al óleo de Bill Clinton colgada en su casa en Nueva York, una mansión de siete pisos con decenas de habitaciones valorada en 77 millones de dólares.
La obra de arte, denominada ‘Parsing Bill’, fue pintada y vendida por la artista australiana Petrina Ryan-Kleid. En la pintura, el expresidente de EE.UU. aparece recostado de través en un sillón en la Oficina Oval llevando un vestido azul similar a la infame prenda de Monica Lewinsky y tacones de aguja rojos.
Los dos hombres tenían una relación amistosa en la década de los 2000, y Clinton viajó en un avión privado de Epstein entre 2002 y 2005, cuando la Policía ya estaba investigando el caso del magnate financiero. Clinton también se reunió con el financiero en su casa de Nueva York.
Un portavoz del exmandatario dijo después del arresto de Epstein el 6 de julio que Clinton ignoraba por completo los “terribles crímenes” de Epstein y que hacía “más de una década” que no hablaba con él.
El retrato no es la única curiosidad de la casa neoyorquina de Epstein, allanada recientemente por los investigadores federales en busca de pruebas. En la vivienda había también una muñeca de tamaño natural con un vestido de novia que colgaba de una lámpara de araña y un caniche negro disecado, entre otros extraños objetos.
Jeffrey Epstein fue encontrado muerto en su celda en la Unidad Especial de Vivienda del Centro Correccional Metropolitano de Nueva York el sábado pasado. El caso generó inmediatamente acusaciones de negligencia contra la prisión e incluso de asesinato, dados los escasos y confusos datos disponibles. El FBI está investigando su muerte como un “aparente suicidio”.