El presidente de Finlandia, Sauli Niinistö, ha declarado a sus conciudadanos que él se preocupará de la atención de su hija o hijo que viene en camino. El nacimiento del bebé se espera para febrero. La prensa local lo califica de “bebé electoral”, pues la campaña presidencial ha recibido el pistoletazo de partida. Los comicios serán en enero y Niinistö es el gran favorito.
El presidente finlandés, que en la actualidad tiene 69 años, contrajo matrimonio con la poeta Jenni Haukio en 2009, poniendo fin así a largos años de viudez. De su anterior matrimonio, Niinistö tiene dos hijos nacidos en 1975 y 1980.
“La llegada de un bebé es mucho más importante que las elecciones”, dijo recientemente Niinistö. Su advertencia, como se entiende en el país, implicará un permiso de paternidad.
Hoy por hoy en Finlandia, dicho permiso puede extenderse hasta los 54 días. La paga de este periodo está a cargo del empleador o de la Agencia de Seguridad Social (Kela). El permiso maternal es de 105 días hábiles, o cuatro meses. A esto hay que sumarle otro permiso que puede compartirse entre ambos progenitores: 158 días, o seis meses. Dado que la baja maternal comienza 30 días antes del nacimiento, el niño o niña tendrá nueve meses cuando vaya a la guardería infantil.
Finlandia tiene una gran tradición igualitaria. Fue el primer país europeo que otorgó el derecho de voto a las mujeres, en 1906. En 1991 se legisló por primara vez el permiso paternal que tenía una duración de seis días hábiles. Además, en los últimos lustros, el país ha experimentado grandes logros en el campo de la igualdad.
“En 2008, las mujeres estábamos representadas en la mitad de los puestos directivos de las grandes empresas. Hoy por hoy, en el 90% de esos puestos de dirección están representados ambos sexos”, dice Leena Linnainmaa, vicepresidenta de la Cámara Central de Comercio.
La Administración hace ingentes esfuerzos para llevar esa igualdad ciudadana al seno de las familias. Se imparten cursillos prenatales, se llevan a cabo campañas de publicidad, pero los avances son magros. “No se trata de que el padre ayude, o que colabore en los cuidados del bebé. Más allá de amamantar, el padre puede cuidar del bebé en forma íntegra”, escribe Piia Elonen, directora de Asuntos Políticos de Helsingin Sanomat, el principal periódico del país.
Según Elonen, que se encuentra en la actualidad de permiso de maternidad, en Finlandia aún está muy arraigada la tradición de que el cuidado de los hijos recién nacidos es responsabilidad exclusiva de la madre. Así, Piia escribió un manifiesto que consta de 16 tareas que perfectamente pueden ser llevadas a cabo por los padres. El manifiesto incluye, entre otras, el cambio de pañales, limpieza del ombligo, bañarlo, vestirlo, pasearlo, lavado de ropa, preparación de la comida y limpieza del hogar.
“Es necesario que el padre comience con los trabajos de cuidado desde el mismo día en que el recién nacido llega a casa. Así se adquiere seguridad, y el listón para comenzar las tareas no es tan alto”,