El alcalde del Distrito Nacional, David Collado, dejó inaugurado la tarde de este martes la recuperación del monumento a Fray Antón de Montesinos, un patrimonio cultural que estuvo abandonado por más de 20 años en el Malecón de Santo Domingo.
La obra devuelve a la ciudad uno de sus más importantes símbolos y viene a complementar el circuito turístico unido a las recuperaciones de la Ciudad Colonial y el Malecón, así lo explicó el edil al hablar frente a decenas de autoridades civiles y militares que acudieron al corte de cinta.
“Queremos que todos los capitaleños sientas en orgullo de vivir en la ciudad de Santo Domingo y los que nos visitan también. Esta es la visión de ciudad que estamos planificando y me siento orgulloso del equipo de nos acompaña”, dijo Collado al iniciar su discurso, en el que también resaltó la necesidad de devolver a la ciudad la mirada hacia el mar Caribe.
Collado anunció que el monumento estará bajo la gobernación de Rosanna Rivera y su coordinador museográfico será Manuel García Arévalo, y además contará con un comité de gestión bipartito entre el Ayuntamiento del Distrito Nacional y el Ministerio de Cultura.
“Este monumento representa y significa que, en la ciudad de Santo Domingo, en el año 1511 se dio el primer grito en favor de los derechos humanos y representa la libertad, la dignidad, la valentía y el respeto a los derechos humanos”, expresó.
Con la revitalización del monumento se pone en relieve el valor simbólico de los derechos fundamentales de los seres humanos y del sentido de pertenencia del ciudadano principalmente del capitaleño.
La obra de Montesinos en su estructura, obedece al concepto de libertad que se refleja a través de la permeabilidad en su paisaje y la integración de la misma a la ciudad y su medio ambiente. El mar y frente costero de la obra son los protagonistas tanto del símbolo escultórico como de su gran base o zócalo que en su conjunto adquieren una significación monumental.
“El monumento construye y pone en valor la imagen urbana del Distrito Nacional y de la ciudad de Santo Domingo, como símbolo significativo a nivel universal. Se constituye en una bisagra como articulador urbano a escala de ciudad, como objeto arquitectónico que culmina la cinta costera del Malecón y lo articula desde el borde urbano a la Ciudad Colonial.
Collado expresó “la ciudad vuelve a escuchar el grito de libertad del Sermón de Montesinos que hoy se percibe en las voces de todos aquellos que temían caminar en las aceras y alrededores de este monumento abandonado que por años fue foco de delincuencia y peligro para los ciudadanos”, dijo Collado.