El apagón que dejó a oscuras a Venezuela por más de 50 horas también afectó el suministro regular del agua en el país suramericano, lo que hizo que muchos buscaran ‘fuentes alternativas‘ para abastecerse.
Durante los días del apagón, las autoridades distribuyeron camiones cisternas en las comunidades más vulnerables y zonas con difícil acceso al agua. Sin embargo, algunos ‘peregrinaron’ con recipientes en mano para encontrar una ración suficiente hasta que se restableciera completamente el servicio.
¿De dónde sacaron el agua?
Los habitantes del estado Zulia, en el occidente del país, venían afrontando fallas en el servicio de luz y agua desde hace algunos meses, por lo que el apagón no los tomó por sorpresa.
“Aquí el agua se caza”, suelta el joven Luis Crespo. El método -explica- consiste en salir con el carrito de supermercado, el botellón vacío de agua potable o cualquier recipiente disponible, en busca de pequeños pozos de agua dulce, que se surten de afluentes provenientes del Lago de Maracaibo, la capital del estado.
“Eso es una escena habitual aquí”, comenta. “Se sumerge en el pozo un tobo y con una cuerda se levanta”, detalla. Desde el apagón, las filas para surtirse aumentaron considerablemente, añade Crespo.
Otra alternativa fue recoger agua en cañadas o en pequeños tubos que bajan desde ellas, situados en parques y espacios públicos, que antes de la crisis “pasaban desapercibidos y lucían abandonados“, dice Crespo. Pero la crisis eléctrica convocó a filas de personas que se surtieron de esas fuentes.
En Caracas, en el centro de la ciudad, ocurrió algo parecido. El tanque subterráneo de agua de un edificio en construcción surtió de agua a los habitantes de ese sector en la capital venezolana.
“Acordamos con los vigilantes del edificio sacar el agua, haciendo una cola y sin desorden (…) Hasta ahora ha funcionado”, dijo Carmen Riviera, que vive al frente de la edificación. Tras ayudar a los habitantes de la zona, los vigilantes de la obra recibieron como ‘recompensa’ comida, jugo de frutas y café por parte de los vecinos, durante una jornada que comenzó a las 6:00 de la mañana, hora local, y finalizó al anochecer.
En la capital, desde el pasado sábado, muchos conductores estacionaron sus vehículos en la Cota Mil, una autopista que bordea el cerro Warairarepano, conocido popularmente como el Ávila. Allí recogieron agua de los manantiales que caen desde la montaña. Hacían filas desde el amanecer, resguardados con la presencia de efectivos de organismos policiales.
Los ríos, la “fuente de salvación”
Los ríos y las quebradas fueron otra “fuente de salvación”, comenta Leomar Cortez, desde el poblado de El Corozo, en el estado Monagas, en el oriente de Venezuela. Explica que los afluentes estaban desbordados de gente que se bañaba o lavaba ropa, y que al final del día se llevaban provisiones en recipientes grandes para luego hervirla y usarla en labores de aseo personal e higiene en el hogar.
“Con la jornada no laborable y sin clases, las familias se van a pasar el día para allá”, señaló Cortez.
En el estado Vargas, ubicado a 50 kilómetros de Caracas, las playas de Macuto y Naiguatá fueron visitadas después del asueto de Semana Santa, sobre todo desde el sábado, cuando se registró el tercer día del apagón, señaló el alcalde municipal José Alejandro Terán, en un reporte transmitido por la emisora Radio Nacional de Venezuela.
Mientras tanto, en Guarenas o Guatire, ciudades-dormitorio situadas en la periferia de Caracas, los habitantes no corrieron con tanta suerte. Muchos tuvieron que comprar botellas de agua potable para bañar a los niños, cocinar y consumir durante el día. Los clubes sociales, que tienen tanques de reserva, también auxiliaron a las comunidades cercanas.
Durante la búsqueda, tampoco faltaron las noticias falsas: en las redes sociales circuló un video, grabado desde lejos, cuya voz aseguraba que varias personas “recogían líquido” de un afluente de aguas residuales. Un reporte del canal Vive TV confirmó que, en realidad, algunas personas tomaban agua limpia de una una tubería matriz.
¿Cómo se usó la poca agua durante el apagón?
Para ‘optimizar’ el uso del agua, hay un método muy conocido en zonas donde habitualmente falla el servicio: el líquido con el que se bañan, luego se reutiliza para bajar el inodoro en uso.
“Quien se vaya a bañar, coloca debajo una ponchera (recipiente de plástico) y cuando termina, esa agua jabonosa se almacena en otro balde grande para bajar la poceta”, contó Katiuska Ordóñez, en Caracas.
En momentos cuando el suministro falla, en algunos hogares venezolanos cambió el modo de ‘usar bien’ el agua.
Para bañarse, “se toma un vaso de agua y se enjuagan con jabón solo las partes íntimas, las axilas, la cara y los pies”, relata Ordóñez, quien dice que esa práctica es común cuando hay severos racionamientos durante todo el año.
“Es para que alcance para todos en la casa”, añade. Sin embargo, con el aseo de los niños “hay una excepción”: los pequeños pueden bañarse “como debe ser y echarle agua a todo su cuerpecito”, comenta.