Tras más de 18 meses de revisión, el portaaviones francés Charles de Gaulle ha zarpado este martes desde el puerto de Tolón (Francia) en el marco de una misión de varios meses de duración que lo llevará desde el Mediterráneo oriental hasta el océano Índico.
En la primera fase de la misión, denominada Clemenceau, el único portaaviones del Ejército francés participará durante un mes en la lucha de la coalición internacional contra el Estado Islámico en Siria, según informó el ministerio de Defensa del país.
El buque también permitirá a Francia “mejorar su conocimiento del entorno estratégico y fortalecer sus asociaciones” en el Golfo y el océano Índico a través de varios ejercicios con otras naciones, detalló el departamento militar.
“El inminente fin del califato territorial”
La ministra de Defensa de Francia, Florence Parly, destacó en declaraciones a la emisora France Bleu el papel que jugará el portaaviones en la lucha contra el Estado Islámico que —según la ministra— “ha caído al suelo, pero no ha desaparecido“. De hecho, Parly advirtió que el grupo terrorista está “en proceso de reconfigurarse, de mutar”, por lo que hay que “seguir combatiéndolo de maneras diferentes”.
En particular, la ministra recordó la “lucha muy dura” que se está librando en medio del valle del río Éufrates y que ayudará a “poner fin al califato territorial”, un escenario que ha calificado de “inminente”. “Es un paso importante y un gran paso hacia adelante”, aseguró.
- Las reformas de 18 meses de la nave incluían mejoras a sus radares, sistemas de comunicaciones y de combate, así como un reabastecimiento de combustible de sus dos reactores nucleares, lo que debería permitirle permanecer en servicio por otros 20 años.
- El grupo de batalla del portaaviones incluye dos fragatas, un barco de suministro, un submarino de ataque nuclear y un elenco giratorio de barcos aliados de Portugal, Dinamarca, el Reino Unido, Italia, Australia y EE.UU.
- Siria ha denunciado en reiteradas ocasiones que la coalición internacional se encuentra en el país árabe de manera ilegal, sin invitación por parte de Damasco ni por mandato del Consejo de Seguridad de la ONU. El pasado mes de febrero, la República Árabe exigió al Consejo de Seguridad que tomara medidas de urgencia para poner fin “a la presencia agresiva de las fuerzas estadounidenses y de otros contingentes desplegados de manera ilegal en el territorio sirio”.