Así lo cree la presidente de Transparencia Internacional Delia Ferreira.
Basó sus declaraciones en las experiencias de otras naciones, en las cuales ha fallado la digitalización de las elecciones.
Citó el caso de Venezuela, donde la misma firma encargada del sistema utilizado confirmó la incorporación fraudulenta de más de un millón de votos.
Afirmó que pudo comprobar que el modelo que se piensa usar en el país conecta la identificación del elector con el sistema donde se va a sufragar.
Argumentó que como no hay método digital invulnerable, el voto secreto podría comprometerse y lacerar el derecho de los votantes.
“No hay ningún tratado internacional que diga que las elecciones tienen que ser rápidas y modernas, lo que sí dicen es que el voto debe ser secreto para garantizar la libertad del elector”.
Ferreira explicó que tampoco es bueno para el medio ambiente, como comúnmente se promueve, ya que las baterías utilizadas por los equipos son tan dañinas como la tala de árboles para la elaboración del papel.
Sobre la corrupción
Para Ferreira, la fórmula para acabar con la corrupción administrativa involucra activamente a los ciudadanos.
“Más información, más integridad, menos impunidad y menos indiferencia; bajo estos cuatro pilares nuestros países superarían el estigma de corruptos que tienen”.