El vicepresidente de Brasil, el general retirado Hamilton Mourão (Bagé, 1953), recibe cordial en un inmenso despacho del Palacio de Planalto, en Brasilia. Responde a EL PAÍS en un magnífico español fruto de su paso por Venezuela como agregado militar (2002-2004). Es directo. Contesta sin rodeos ni titubeos. Hijo de un general y una directora de escuela, no rehúye temas incómodos para los uniformados como la dictadura, que prefiere definir como periodo autoritario. Padre de un hijo y una hija, tiene cinco nietos. Tras enviudar, se acaba de casar de nuevo.
Pregunta. El Gobierno de Jair Bolsonaro cumple un mes y usted ya ha asumido la presidencia dos veces, por el viaje a Davos y la operación del presidente. Es muy poco habitual. ¿Se ha sentido cómodo en ese cargo?
Respuesta. Sí, tranquilo, porque el presidente Bolsonaro y yo somos compañeros hace mucho. Ambos nos graduamos en la academia militar, yo en 1975; él en 1977. Tenemos una visión muy común de muchas cosas. Una de las razones por las que me escogió para ser su vicepresidente fue porque sabía que cuando viajara al extranjero tendría acá una persona de su más estrecha confianza.
P. Usted fue agregado militar en Venezuela. Seguro que conoce bien el estamento militar, que ahora respalda al presidente Nicolás Maduro. ¿Cree que mantendrán su apoyo? ¿Por cuánto tiempo?
R. El estamento militar venezolano se ha involucrado de tal manera en el bolivarianismo que le resulta un tanto difícil alejarse. Pero creo que en algún momento los militares pondrán el compromiso con el país por encima de las pasiones. Entonces, creo que abandonarán al señor Maduro.
P. ¿Debe haber un cambio de régimen? ¿Cómo?
R. Venezuela tiene que empezar de nuevo. La manera en que se utilizaron los instrumentos de la democracia, que un grupo se apoderara del poder por tanto tiempo, no es bueno. Creo firmemente que la alternancia en el poder es una de las condiciones básicas para que un país salga adelante y una democracia sea fuerte. Llevan desde 1999 en el poder.
P. ¿Ese cambio se tiene que producir vía unas elecciones?
“La solución es que Maduro y su grupo se vayan de Venezuela”
R. Sí, ocurrirá a través de un proceso electoral. La solución es que Maduro y su grupo se vayan de Venezuela.
P. ¿En cuánto tiempo?
R. No sé, uno no puede poner plazo, pero deben irse. Y que este muchacho que está ahora como presidente de la Asamblea Nacional [Juan Guaidó] convoque nuevas elecciones en tres, seis meses. Entonces Venezuela empezará de nuevo porque hay que reconstruir la economía, la gente tiene que volver a entenderse, dejar de odiarse.
P. La política exterior también ha cambiado radicalmente respecto a Estados Unidos. ¿Qué esperan obtener de la nueva alianza que se está forjando con EE UU e Israel?
R. Nuestro Gobierno tiene unos valores muy próximos a la democracia americana. No veo una alianza ciega de Brasil con Estados Unidos, sino un acercamiento a los valores. América surgió con las ideas de la Revolución Francesa, de la Ilustración. América en su conjunto era una tierra de libertad.
P. Derecho al voto, libertades individuales, separación de poderes.
R. Sí, eso es.
P. En campaña, declaró que Brasil necesita una nueva Constitución, pero que no requiere ser redactada por los diputados. Prefiere un comité de notables. ¿Sostiene aún esa opinión?
R. Sí, mi opinión, mía personal, es que nuestra Constitución es muy larga. Defiendo una más corta que incluya [artículos] apenas sobre los valores de la democracia y de Brasil como país. Puede ser redactada por el Congreso, por una Asamblea elegida para eso o, como yo adelanté entonces, que la redacte un grupo de personas con mucho conocimiento y luego la sometan a votación del Congreso o de la población. ¿Qué ocurrió con la Constitución actual? Fue redactada por diputados que también eran constituyentes. Los diferentes grupos de presión pusieron sus pequeñas cositas en nuestra Constitución, por eso es tan larga. En 30 años lleva 100 enmiendas. La americana tiene más de 200 años y 27 enmiendas.
“Soy muy crítico con llamarlo dictadura, cada cuatro años cambiaba el presidente en Brasil”
P. ¿Las Fuerzas Armadas están comprometidas con la democracia en Brasil?
R. No hay ninguna duda. Si hay una institución que es democrática en Brasil son las Fuerzas Armadas, por sus características. Vienen de todo el país, de todas las clases sociales. Y tienen muy firmes sus ideales de que la democracia es lo mejor para el país.
P. Algunos observadores nacionales e internacionales le consideran más moderado que el presidente. ¿Lo es?
R. No es una cuestión de moderación. Él es un político hace 30 años. Yo fui soldado toda mi vida. Tenemos visiones un tanto distintas sobre la forma de conducirnos, pero hay una identidad de pensamiento entre ambos. Y obviamente una manera distinta de expresarnos.
P. La manera de tratar a la prensa…
R. Es mi manera natural. El presidente tiene la suya. Yo creo que nosotros nos complementamos.
“Bolsonaro y yo nos complementamos”
P. Ambos entraron en el Ejército en plena dictadura. ¿Cómo califica este periodo de la historia entre 1964 y 1985?
R. Soy muy crítico con llamarlo dictadura, con llamar dictadura a un periodo en que cada cuatro años cambiaba el presidente. Yo acostumbro a decir que fue un periodo autoritario, de un Gobierno que tenía instrumentos de excepción que, si ustedes miran, verán que estuvo en vigor de 1968 a 1979. La historia estudiará esto, en el futuro, de una forma mejor. En aquel periodo hubo un gran progreso económico. Éramos una economía rural, una industria precaria y, en diez años, avanzamos hacia un país industrializado. Al mismo tiempo, hubo un enfrentamiento fruto de la Guerra Fría. Los grupos marxistas y leninistas de Brasil decían que se estaban enfrentando a la dictadura, pero en verdad estaban luchando para imponer otra dictadura, la del sistema comunista. Fue una guerra muy pequeña para un país de 90 millones de habitantes [en la época]. De los dos lados, sumando, murieron poco más de 400 personas. Hoy, matan a 60.000 en Brasil al año y nadie habla de ello.
P. Pero la gente no podía votar directamente. ¿No era una dictadura?
“Hay mucha gente que dice que fue torturada y no fue. Y otros que fueron y no hablan nada”
R. La gente no votaba para presidente, pero elegían a sus representantes para el Congreso. En las elecciones de 1974 la oposición, el MDB, venció. ¿Qué dictadura es esa?
P. ¿Se puede, al mismo tiempo, admirar la democracia de Estados Unidos y considerar que ese periodo de Brasil fue bueno?
R. Tuvo sus errores, como todo en la vida. Pero era un momento diferente, una generación distinta. En 1985 los militares entregan el poder de forma pacífica y ordenada a los civiles. El régimen se autoextinguió.
P. ¿Cuáles fueron esos errores?
R. Una estatalización excesiva. Dejamos de tener un sistema económico más liberal y la intervención del Estado en la economía mostró luego que no era la mejor forma de conducir el país.
P. ¿Y la tortura?
R. La tortura es una cuestión de guerra. En la guerra, la primera víctima es siempre la verdad. Hay mucha gente que dice que fue torturada y no fue. Y otros que fueron y no hablan nada.
“Los grupos marxistas decían que se enfrentaban a la dictadura pero luchaban para imponer otra dictadura”
P. No niega que hubiera tortura.
R. Hubo, sí. Pero era la guerra. Y hubo de los dos lados. Nadie habla del teniente de la Policía Militar asesinado a patadas en la cabeza por [el guerrillero izquierdista Carlos] Lamarca y su grupo. Hay que contemplar los dos lados de la historia. La guerra, infelizmente, es violencia.
P. En el Consejo de Ministros se sientan siete militares retirados. ¿Cuál es su papel en un Gobierno civil?
“No veo una alianza ciega con EEUU, nos identificamos con los valores de la democracia americana”
P. Están como civiles. Son ministros y actúan como civiles. Obvio que traen su bagaje, todo su conocimiento de una vida en las Fuerzas Armadas. Algunos eran civiles hace tiempo.
P. ¿Qué falló para que en tres años se produjeran en Brumadinho y Mariana catástrofes similares con rotura de balsas de residuos mineros? Ahora el daño humano es inmenso. En el caso de Brumadinho con un daño humano muchísimo mayor porque hay 99 muertos y 259 desaparecidos (este viernes eran 110 fallecidos y 238 sin localizar).
Sobre Brumadinho: “somos buenísimos en la legislación, pero pésimos en fiscalización”
R. Va a haber más de 300. Lo que pasa es que nosotros somos buenísimos en la legislación, pero pésimos en fiscalización. Hay que fiscalizar, es eso.
P. El programa de Gobierno no incluye políticas dirigidas a las minorías, como las mujeres, los negros, los indígenas, la comunidad LGBTI… ¿Cree que no requieren políticas específicas?
R. Creo necesario tener políticas específicas para sacar a la gente de la pobreza. Hay pobres blancos, pobres negros, pobres indígenas. Debe haber políticas para darles empleo, educación, acceso a la salud, mejores condiciones de vida, una vivienda segura, con agua, independientemente de su color.
P. Una vez que salgan de la pobreza, ¿la igualdad está garantizada?
“Mi visión de la igualdad es poner a todos juntos en la línea de partida”
R. Mi visión es que usted tiene que ponerlos a todos juntos en la línea de partida. Y para eso, les das educación, salud y seguridad. A partir de ahí, las personas son distintas. Unas van a correr la maratón y otras se quedarán en el camino. Esa es la naturaleza humana.
P. En muchos países el punto de partida de las mujeres es casi igual. Pero no llegamos al mismo punto. Somos más de la mitad de la población pero, por ejemplo, estamos poco representadas en este Gobierno. ¿Es porque no corremos bien el maratón o porque el sistema no ayuda?
“¿Dónde están las mujeres que quieren participar en la política? Las brasileñas tienen otros intereses”
R. Aquí se habla mucho de la representación política de las mujeres. Hay una legislación que obliga a los partidos a tener tres mujeres candidatas por cada diez hombres. Es difícil. ¿Dónde están las mujeres que quieren participar en la política? Muchas no lo desean. Es complicado. Las mujeres brasileñas tienen otros intereses. Es un avance que el país tendrá que vivir.
P. ¿Tiene pretensión de convertirse en presidente?
R. Jamás. Mi pretensión fue la que logré. Ser presidente del Club Militar [en Río de Janeiro]. Yo estaría tranquilamente en la playa, sin problemas.