Vertidos olvidados: Voluntarios sanean aguas abandonadas por las autoridades de Brasil

La laguna de Jacarepaguá en Rio de Janeiro está plagada de desechos. Un brasileño dio un giro a su vida para dedicarse a limpiarla. En seis horas de trabajo recoge una tonelada de residuos. Los afluentes de la laguna de Jacarepaguá en Rio de Janeiro están cargados de desechos que llegan de las cloacas. Una contaminación que afecta a la fauna de este sector del oeste de la ciudad, y que ha provocado la reducción de la población de peces y algunas aves que ingieren restos de plásticos, una trampa mortal para su supervivencia. Un panorama desolador del que José Calvacanti, un empresario de 45 años, más conocido como Zé da Lagoa (José de la laguna), no pudo apartar su mirada y, conmovido ante tal desastre, decidió tomar sus propias medidas.

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