La situación es insostenible. Más del 80% de la basura marina son plásticos. Y es que una vez que llega a la naturaleza su descomposición es extremadamente lenta, lo que produce su acumulación en mares, océanos, playas… Miles de animales lo ingieren y acaban muriendo o añadiéndolo a la cadena trófica y finalmente llegando a nuestros platos. Tortugas, aves, focas, ballenas… ningún animal marino se libra de los plásticos.
22.000 millones de euros
El coste de la contaminación por plásticos, según datos de la UE, sería de unos 22.000 millones de euros hasta 2030. Con esta medida se espera precisamente limitar dicho coste, tanto económico como de gases de efecto invernadero, pues además se evitaría la emisión de 3.4 millones de toneladas de CO2. Pero la lucha a favor del medio ambiente va más allá que el gasto económico que supone pues como explicaba el eurodiputado belga Frédérique Ries “los ciudadanos esperaban que la Unión Europea adoptase una una directiva ambiciosa contra los plásticos desechables responsables de la asfixia de los mares y océanos”.
Es por ello que el máximo organismo europeo ha prohibido para 2021 los siguientes productos: cubiertos de plástico (tenedores, cuchillos, cucharas y palillos), platos de plástico, pajitas de plástico, bastoncillos de algodón hechos de plástico, palos de plástico para globos, envases de plástico oxodegradables y vasos de poliestireno expandido. Además el acuerdo prevé reforzar el principio de “quién contamina paga”, un sistema para que el coste de la recolección de las redes de pesca perdidas en el mar recaiga en los fabricantes y no en los pescadores, el objetivo de recoger el 90% de las botellas de plástico para 2029, el etiquetado obligatorio del impacto ambiental de residuos que contienen plásticos como las colillas, toallitas húmedas, vasos de plástico…